Cuando te adentras en el corazón de una mujer, te expones a un peligrosoviaje.
Arturo Pérez-Reverte
La cantidad de posibles disposiciones de las piezas en el tablero es ilimitada, y no hay un cerebro, ni siquiera el del matemático más grande o el de un calculador fenomenal, que pueda efectuar el recuento.
Aleksandr Kótov
La religión de Dios es para el amor y la unidad; no la conviertas en causa de enemistad y disensión.
Baha'ullah
La justicia no espera ningún premio. Se la acepta por ella misma. Y de igual manera son todas las virtudes.
Cicerón
Cualquier comparación entre dictadura y democracia sólo puede partir de quien no da valor la democracia brasileña.
Dilma Rousseff
La gente olvida que hay una relación simbiótica en la industria del cine, es necesario hacer películas que recauden mucho dinero para financiar las que no lo hacen.
George Lucas
Todos miden su éxito por el fracaso de los demás.
Iván Illich
El porqué de la forma de las pirámides es muy simple: a medida que se iban construyendo, se acortaba el presupuesto, se acortaba el presupuesto...
Jaume Perich
El amor es, por encima de todo, la donación de uno mismo.
Jean Anouilh
Me dicen que no soy una mujer de este siglo, al gustarme la lectura pausada, y yo insisto que los pesados son los libros frívolos.
Laura Morante
Nadie sabe en qué noche de octubre solitario, de fatigados duendes que ya no ocurren, puede inmolarse la perdida infancia junto a recuerdos que se están haciendo.
Mario Benedetti
La mano de un niño junto a la tuya despierta mucha ternura, es el poder que evoca. Es al instante piedra de toque de la sabiduría y la fuerza.
Marjorie Holmes
Si todos hacemos algo pequeño, podemos ser capaces de crear grandes diferencias.
Miley Cyrus
La mentira puede o no estar justificada en opinión del que la dice o de la comunidad a la que pertenece. El mentiroso puede ser una buena o una mala persona.
Paul Ekman
Sólo hay dos cosas malas que pueden pasarte en la vida, ser Pablo Picasso o no ser Salvador Dalí.
Salvador Dalí
En la actualidad los lectores no tienen la posibilidad de juzgarme a mí y a mi novela en el tribunal más severo que existe, es decir, en sus corazones y en sus conciencias. Como siempre, éste es el tribunal por el que yo quiero ser juzgado.
Vasili Grossman