Si te empeñas, tú mismo puedes ser tan peligroso como cualquiera que se cruce en tu camino.
Arturo Pérez-Reverte
Con frecuencia, algunos buscan la felicidad como se buscan los lentes cuando se tienen sobre la nariz.
Antoine Gustave Droz
Un cómico hace cosas raras. Un buen comediante hace cosas divertidas.
Buster Keaton
Era uno de esos hombres que poseen casi todos los dones, excepto el don de poder utilizarlos.
Charles Kingsley
La materia existe sólo como atracción, repulsión: atracción y repulsión son materia.
Edgar Allan Poe
Algunas cosas en mi vida sé que no van a cambiar. A cara o ceca querida, yo siempre te voy a amar.
Fito Páez
Los españoles, apoderados del Perú, sabrán sacar de sus pueblos los recursos inmensos que siempre encuentran la violencia y la arbitrariedad, y aparecerán en el sur de Colombia con una fuerza que sea capaz de ofrecerles la esperanza de obtener ventajas.
Francisco de Paula Santander
Lo más importante es que el karate, como una forma de deporte usada en educación física, pueda ser lo suficientemente simple de ser practicado sin dificultades por todos, jóvenes y viejos, chicos y chicas, hombres y mujeres.
Gichin Funakoshi
Si pudiera darte un pensamiento que te conviene llevar contigo todos los días al baño sería el siguiente: Medita en tus momentos libres.
Henry Miller
De la quietud nace la inspiración y del movimiento surge la creatividad.
Isabel Allende
Al sublimar el proceso de metamorfosis personal, nos proyectamos sobre el supuesto de la amistad verdadera.
Ji Hu
La naturaleza educa al hombre para las relaciones sociales y por medio de las relaciones sociales.
John Dewey
La patria no se hace por dinero y tierra solamente, debe tener características de ideal y progreso.
José Ingenieros
Verás mi cuerpo convertirse en cuna para que el hijo de tus sueños nazca.
Laura Victoria
¿Cómo le digo a mis manos que no hablen y a mis silencios que no intenten tocarte? Ando de puntillas.
Roque Valero
Me gustaría emplear toda mi vida en viajar, si alguien pudiera prestarme después otra vida para pasármela en casa.
William Hazlitt