La civilización es una terrible planta que no vegeta y no florece si no es regada de lágrimas y de sangre.
Arturo Graf
El dinero sirve a los ricos para que muchos médicos les ayuden a morir.
Aristóteles
A las mujeres no hay que creerles ni la verdad.
Augusto Pinochet
Me gustaría dejar huella y que mi nombre quede grabado en los corazones.
Chayanne
¿Y no será que en la atmósfera concurren ciertas circunstancias que reducen la vitalidad de la gente? Los vapores del aburrimiento, del descontento y de la ira de la gente matan la vitalidad del aire.
D. H. Lawrence
Los favores rebotan.
Doménico Cieri Estrada
Comíamos bien y barato, bebíamos bien y barato, y juntos dormíamos bien y con calor, y nos queríamos.
Ernest Hemingway
En política todo error es un crimen.
Eugène Chatelain
La igualdad hace disminuir la felicidad del individuo, pero abre la vía para la ausencia de dolor de todos. Al final de la meta estaría ciertamente la ausencia de dolor, pero también la ausencia de felicidad.
Friedrich Nietzsche
Negar un hecho es lo más fácil del mundo. Mucha gente lo hace, pero el hecho sigue siendo un hecho.
Isaac Asimov
Tenia razón Neluco cuando me afirmaba que el hombre de inteligencia cultivada lleva en si propio los recuerdos necesarios para vivir a gusto en todas partes, con tal que no trueque los cabos de la polea ni se empeñe en subir lo que está abajo, en lugar de bajar lo que está arriba, hasta conseguir el nivel de ideas apetecido para un fin determinado.
José María de Pereda
Si me quereis, irse.
Lola Flores
No son las explicaciones las que nos hacen avanzar; es nuestra voluntad de seguir adelante.
Paulo Coelho
Un guerrero no se deja asustar cuando busca lo que necesita. Sin amor, él no es nada.
Mustafa, el marido de Saniya, había adoctrinado a los niños en la creencia de que la pasión es la antítesis de la moralidad. Sólo cuando Amal dejó de lado la sofocante moralidad de su padre pudo experimentar la pasión.
Rabih Alameddine
No seas codicioso, no pugnes por estar en primera fila, haz gala de moderación y humildad, si no, te alcanzará la fustigadora mano del Destino, que corta las cabezas de los engreídos.
Ryszard Kapuściński