Las grandes elevaciones del alma no son posibles sinó en la soledad y en el silencio.
Arturo Graf
Lo peor que le puede ocurrir a cualquiera es que se le comprenda por completo.
Carl Gustav Jung
La ira es nuestro auténtico enemigo ya que se haya en nuestra mente. La ira no cambia nunca su naturaleza. Siempre hiere y destruye. Y lo que es peor, aniquila nuestras propias fuerzas y energías.
Dalai Lama
Estoy intentando encontrar las palabras para describir a esta chica sin faltarla el respeto.
David Guetta
La mayor felicidad de la mujer es poder vanagloriarse de su marido.
Fernán Caballero
La fe como imperativo es el veto contra la ciencia.
Friedrich Nietzsche
El problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno.
Gabriel García Márquez
Sólo a los preferidos de Dios se les concede que los sentidos y el corazón no envejezcan y se mantengan toda la vida frescos y agradecidos como en los niños.
Hermann Hesse
El estanque está revuelto. Hay olas en su superficie. Los sauces están embozados en hojas y viento. El almiar proyecta su imagen ondulante e inmutable sobre el estanque. En torno al almiar, las ranas arrastran sus vientres blancos entre la hierba.
Herta Müller
Dios creó el alimento, el diablo los cocineros.
James Joyce
El recurso a la fuerza constituye siempre una derrota de la Humanidad.
Juan Pablo II
El hombre es el único animal que come sin tener hambre, bebe sin tener sed y habla sin tener nada que decir.
Mark Twain
Un hombre que moraliza es, generalmente, un hipócrita; y una mujer que moraliza es, invariablemente, fea.
Oscar Wilde
Nadie es sujeto de la autonomía de nadie. Por otro lado, nadie madura de repente, a los 25 años. Las personas van madurando todos los días, o no. La autonomía, en cuanto maduración del ser para sí, es proceso, es llegar a ser. No sucede en una fecha prevista.
Paulo Freire
El árbol no niega su sombra ni al leñador que le derribe.
Proverbio Hindú
Estoy trabajando por ti. Porque vivimos en un Estados Unidos de dinero.
Russell Crowe