La soledad es el patrimonio de todas las almas extraordinarias.
Arthur Schopenhauer
Cuando escuché por primera vez el hip-hop, pensé que era basura porque no entendía el concepto de la gente hablando sobre la música.
Akon
La vida es peligrosa, no por la gente que hace el mal, sino por aquellos que se quedan viendo a ver qué pasa.
Albert Einstein
Es contrario a las buenas costumbres hacer callar a un necio, pero es una crueldad dejarlo seguir hablando.
Benjamin Franklin
Cuanto más alto estemos situados, más humildes debemos ser.
Cicerón
Las quejas de los vasallos, por más robustas que sean, llegan debilitadas a oídos de los reyes.
Joaquín Setantí
La mayoría de la gente confundía ser profundo con ser moderado, ser serio con ser profundo. Parecía que, si sonabas serio, lo eras. Probablemente otros animales no pueden reírse de sí mismos, y Garp estaba convencido de que la risa se relacionaba con la compasión, algo de lo que siempre necesitamos más.
John Irving
Tienes prisa, mucha prisa, le dice un leño al fuego.
Ko Un
Era demasiado tarde para reencontrarnos. Lo comprendimos desde la primera mirada. Ya no había nada que reencontrar.
Marguerite Duras
Los soñadores no pueden ser domados.
Paulo Coelho
Filmar de improviso, con modelos desconocidos, en lugares imprevistos, adecuados para mantenerme en un estado tenso de alerta.
Robert Bresson
La locura y la soledad han matado a muchos más hombres y mujeres que el alcohol y las drogas.
Santiago Pajares
Es bueno sentirse acompañado, apoyado y sobretodo rodeado de gente sincera, es así como te mantienes con los pies pegados al suelo.
Shakira
Cada momento es un momento de creación y cada momento de creación contiene infinitas posibilidades.
Shakti Gawain
Mi corazón late con fuerza y sabe por qué. No late solamente por razones físicas, no late por la misma razón que las uñas de un cadáver continúan creciendo, late humanamente, y en verdad se siente feliz.
Thomas Mann
Las mujeres pueden adornarse lícitamente para conservar la elegancia de su estado, e incluso añadir algo para agradar a sus maridos.
Tomás de Aquino