¡No les concedas una lágrima! ¡Las lágrimas les placen! ¡Muestra tu honor, ahora, muestra un corazón de piedra y húndelos con él!
Arthur Miller
El hombre prudente no está dispuesto a someterse a ninguna responsabilidad que su deber no le imponga.
Adam Smith
El progreso democrático real no es bajar a la élite al nivel de la masa, sinó en elevar el nivel de la masa al de la élite.
Gustave Le Bon
Haz como querrías que hicieran contigo y ama a tu prójimo como a ti mismo.
John Stuart Mill
Para ver una cosa hay que comprenderla. Si viéramos realmente el universo, tal vez lo comprenderíamos.
Jorge Luis Borges
El tiempo sólo asoma en la desdicha y así la memoria sólo es el registro del dolor.
Juan Benet
La historia de las naciones comienza y acaba donde comienza y acaba su participación en las grandes metamórfosis de la Humanidad.
Latino Coelho
El error es propio del hombre pero solo es propio del torpe permanecer en el error.
Manuel Ortiz Guerrero
No hay paraíso hasta que se ha perdido.
Marcel Proust
El más ladrón sabe perfectamente que nadie muere de honestidad.
Mario Benedetti
La escuela no es deliberativa, no es el coloquio permanente. La escuela es la transmisión del saber, de las normas y de los valores, y en el primer lugar de todos, el del respeto. Quiero una escuela del respeto donde los alumnos se levanten cuando llega el profesor.
Nicolas Sarkozy
No hay nada seguro sobre el sexo. Nunca lo habrá.
Norman Mailer
Hay muchos perezosos que lo son sin saberlo.
Ramon Llull
Las personas varían en su capacidad y fortaleza, físicas y mentales, para hacer cosas. Por lo tanto, cada uno ha de tener el ideal que se ajuste mejor a su temperamento y capacidad y tratar de lograrlo con una acción entusiástica y dinámica.
Swami Sivananda
Sé que soy inmortal. No hay duda de que he muerto unas diez mil veces en el pasado. Me río de lo que llamáis extinción y conozco la amplitud del tiempo.
Walt Whitman
Lo bien hecho necesita tiempo. Lo mal hecho es irreversible. ¿Cómo no ser prudente? Deja que tu corazón libre vague entre las cosas; entrégate a lo inevitable y nutre tu propio centro: es la más alta perfección.
Zhuangzi