Es lamentable, teniendo en cuenta que el entusiasmo mueve el mundo, que tan pocos entusiastas sepan decir la verdad.
Arthur James Balfour
El problema de la reforma es, en consecuencia, el problema de destruir un círculo vicioso y de construir otro, virtuoso, que lo reemplace.
Aldous Huxley
En los ojos de la gente puede verse lo que verán, no lo que han visto.
Alessandro Baricco
Todo debe colocarse en un orden casi fulminante.
Antonin Artaud
Yo nunca he querido más, hasta que te conocí a ti.
Erika Leonard
La teología es el pensamiento aplicado a la religión; y los que prefieren una religión sin pensamiento no tienen por qué desdeñar a los que tienen gustos más racionalistas.
Gilbert Keith Chesterton
Se vive sin pensar, porque sólo se piensa en vivir. Cada uno quiere vivir lo mejor posible, que es el modo de vivir todos muy malamente.
Jacinto Benavente
Yo no soy político, soy marino. Tengo derecho a decir lo que quiera.
José Toribio Merino
Frustra la muerte y el olvido con el velo azul de la poesía.
Luis Alberto Costales
Nada en el mundo es tan esencial al hombre como sentarse ociosamente y pasar la siesta en elevadas meditaciones.
Mika Waltari
Las metáforas son peligrosas. Con las metáforas no se juega. El amor puede surgir de una sola metáfora.
Milan Kundera
Mi imaginación era la verdadera protagonista de una obra que reunía todos los requisitos de un drama. Por eso confesaba, expiaba el crimen y escribía por primera vez una verdadera obra de teatro.
Naguib Mahfuz
El sistema operativo (por tanto) se ha convertido en una especie de instrumento para ahorrarse trabajo intelectual, que traduce las intenciones vagamente expresadas de los humanos a bits.
Neal Stephenson
En Estambul, la amargura es tanto un importante sentimiento de la música local y un término fundamental de la poesía como una manera de ver la vida, una actitud mental y lo que supone el material que hace a la ciudad ser lo que es.
Orhan Pamuk
Muchos que quisieron traer luz, fueron colgados de un farol.
Stanisław Jerzy Lec
Súbitamente sintió el deseo imperioso de escribir. Cierto es que, como suele decirse, Eros ama el ocio, y que sólo para el ocio ha nacido. Pero en ese momento de la crisis, su excitación le impulsaba a tranquilizar por medio de la palabra el torbellino de sus pensamientos.
Thomas Mann