Una mente atormentada por la duda no puede concentrarse en el camino que conduce al éxito.
Arthur Golden
Nadie se conoce a sí mismo hasta tanto no ha sufrido.
Alfred de Musset
Poner orden en los pensamientos, en la vida, en todo lo que depende de nosotros y nos pertenece debe ser imperativo de conciencia.
Carlos Bernardo González Pecotche
Todo lo que se necesita para dirigir es alguien que te dé el trabajo. Así que me dije: chico, el trabajo es tuyo.
Clint Eastwood
Arrepentimientos, he tenido unos pocos, pero igualmente muy pocos como para mencionarlos. Hice lo que debía hacer, y lo hice sin exenciones. Planeé cada programa de acción, cada paso cuidadoso a lo largo del camino. Y más, mucho más que esto, lo hice a mi manera.
Frank Sinatra
Aunque parezca una paradoja, no rara vez sucede que, aquéllos que se llaman a sí mismos hijos de la Iglesia, son precisamente los que mayor confusión siembran.
Josemaría Escrivá de Balaguer
... De a poco la gente ascendía, bajo el efecto del arte, subía Mientras la orquesta seguía tocando, toda la gente se iba estrellando casi a la vez la cabeza en el techo, quedaban todos los cráneos deshechos.
Leo Maslíah
¿Tienes una pistola en el bolsillo o es que te alegras de verme?
Mae West
El amor es el espacio y el tiempo hechos sensibles para el corazón.
Marcel Proust
El pudor es una quimera, único resultado de las costumbres y de la educación. Es, lo que se dice, un hábito.
Marqués de Sade
Tengan miedo si quieren que despierte en ustedes el instinto de lo Bello.
Odysséas Elýtis
Cuando la ingratitud eriza de púas el dardo de la injuria, la herida es doblemente peligrosa.
Richard Brinsley Sheridan
Si un cuerpo encuentra a otro cuerpo cuando viene entre el centeno...
Robert Burns
Tú creces, todos crecemos, estamos hechos para crecer. Tú o evolucionas o desapareces.
Tupac Shakur
La edad de la mujer la da su cara; la del hombre, su ánimo.
William Somerset Maugham
¿Dónde encontrar a Mawlānā? Una visita a Konya muestra que la verdadera casa del maestro del amor Divino no es una ciudad, ni un país, ni ningún otro sitio sobre la tierra, sino los corazones de aquellos que están sedientos del vino del amor.
Yalal ad-Din Muhammad Rumi