Es un error capital teorizar antes de tener datos.
Arthur Conan Doyle
La igualdad es un eslogan sobre la base de la envidia.
Alexis de Tocqueville
Quien tenga mil amigos no puede prescindir de ninguno de ellos, y el que tiene un solo enemigo se encontrará con él en todas partes.
Ali Ibn Abi Tálib
¡De dónde sacas tus señas gaviota de cumpleaños!
Armando Uribe Arce
¿Por qué un niño va a tener que aguantar un escrache en la puerta de su casa?
Felipe González
En la trasmisión de la cultura humana la gente siempre trata de repetir o replicar, de pasar a la próxima generación las habilidades y valores de los progenitores, pero ese intento falla inevitablemente, porque la trasmisión cultural está conectada con el aprendizaje, no con el ácido desoxirribonucleico. (ADN)
Gregory Bateson
La paz social, objetivo de toda sociedad, se consigue poniendo al individuo en mejores condiciones para resistir que para atacar.
José Eusebio Caro
Las personas envidiosas son personas que siempre quieren opacar a los demás.
José Ingenieros
Te puedes pasar toda la vida buscando la flor perfecta, ¿y sabes por qué? Por que todas las flores son perfectas.
Ken Watanabe
¿Con quién debo temer el medir mi fuerza?
Ludwig van Beethoven
No hay arte abstracto. Siempre hay que empezar con algo. Después se puede eliminar todos los rastros de la realidad.
Pablo Picasso
Habla de Cristo sólo cuando te pregunten por él. ¡Pero vive de tal modo que te pregunten por él!
Paul Claudel
Sé el primero que adopte las últimas verdades y el último que olvide las antiguas verdades.
Ricardo Pérez Alfonseca
Una mitad del mundo está compuesta de gente que tienen algo que decir y no pueden, y la otra de gente que no tienen nada que decir y siguen diciéndolo.
Robert Frost
La miré un buen rato. Estaba dormida con la cabeza apoyada en la almohada y tenía la boca abierta. Tiene gracia. Los mayores resultan horribles cuando duermen así, pero los niños no. A los niños da gusto verlos dormidos. Aunque tengan la almohada llena de saliva no importa nada.
Salinger
¡Oh Señor y verdadero Dios mío! Quien no os conoce, no os ama.
Teresa de Jesús