Una nación permanece fuerte mientras se preocupa de sus problemas reales, y comienza su decadencia cuando puede ocuparse de los detalles accesorios.
Arnold J. Toynbee
La ilusión por la vida nos hace soportar la proximidad de la muerte.
Ana María Matute
Cuando pienso que un hombre juzga a otro, siento un gran estremecimiento.
Félicité Robert de Lamennais
Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza oportunista y utilitaria.
Filippo Tommaso Marinetti
Uno muere como un héroe o como un idiota, que es lo mismo. La única palabra que no es efímera es la palabra muerte.
Francis Picabia
El infierno es la idea vaga que Dios nos da involuntariamente de sí mismo.
Georges Bataille
Hago mi camino cansado y polvoriento, y detenida y dudosa queda tras de mí la juventud, que baja su hermosa cabeza y se niega a acompañarme.
Hermann Hesse
Una colección de bellas máximas es un tesoro más apreciable que las riquezas.
Isócrates
Vosotros taláis los árboles para construir edificios que albergarán a los hombres que se han vuelto locos por no haber podido ver los árboles.
James Thurber
¿Cuántas almas crees que vale mi alma?
Johnny Depp
Podría seguir enojado por todo lo que me pasó, pero es duro estar enojado cuando hay tanta belleza en el mundo.
Kevin Spacey
Sería cuestión de preguntarse qué es lo que le causa un mayor daño al alma de la humanidad: si la codicia enceguecedora o el apuro devastador.
Konrad Lorenz
Desde una edad temprana he rechazado el uso de la carne y llegará el día en que hombres como yo, verán el asesinato de animales como ven el asesinato de personas.
Leonardo da Vinci
El trabajo es saludable y hay bastante para todas; nos libra del aburrimiento y de la malicia, es bueno para la salud y el espíritu y nos da mayor sentido de capacidad y de independencia que el dinero o la elegancia.
Louisa May Alcott
Sólo en medio de la actividad desearás vivir cien años.
Proverbio Japonés
Las ruinas son a menudo las que abren las ventanas para ver el cielo.
Viktor Frankl