Los lectores digitales buscan evadirse con la literatura. Quieren historias que les lleguen, que les emocionen, que les hagan vibrar o pasar un buen rato. Tramas con ritmo, vertiginosas, con más diálogo que descripción. Podría decirse que lo mismo sucede en el lector tradicional, pero he comprobado que en digital es una tendencia más fuerte.