Nosotros nos hemos quedado sin trabajo, sin casa, sin familia, sin futuro y sin expectativas de vivir. No somos nada, unos míseros gusanos que tienen que ser pisoteadas para que ellos sigan enriqueciéndose a nuestra costa, chupándonos la sangre hasta dejarnos vacíos del todo. Ese es su fin y nosotros debemos impedirlo con nuestros propios medios.