La dignidad no consiste en nuestros honores sino en el reconocimiento de merecer lo que tenemos.
Aristóteles
¿Saben por qué a la gente le gusta la violencia? Es porque la hace sentirse bien. Los humanos encuentran la violencia extremadamente satisfactoria. Pero se elimina la satisfacción y el acto se convierte en algo hueco.
Benedict Cumberbatch
Podrán destrozar mi corazón, pero no mis negocios.
Donald Trump
La naturaleza crea la unidad, incluso en las partes de un todo.
Eugène Delacroix
Prefiero unos pocos allegados a las malas compañías; pero deben saber ir y venir oportunamente.
Friedrich Nietzsche
Cuando un cuerpo se encuentra con otro cuerpo distinto o una idea con otra distinta, sucede o bien que sus relaciones se componen formando un todo más poderoso, o bien que una de éstas descompone a la otra y destruye la cohesión de sus partes.
Gilles Deleuze
Nuestra risa es siempre la risa de otros.
Henri Bergson
Periodismo es difundir aquello que alguien no quiere que se sepa; el resto es propaganda. Su función es poner a la vista lo que está oculto, dar testimonio y, por lo tanto, molestar.
Horacio Verbitsky
Más difícil que encontrar un hombre justo en el Parlamento.
Horatio Nelson
Si no sabes perder, nunca sabrás ganar, y si no sabes no juegues.
Jack Welch
El único temor que me gustaría que sintieras frente a un cambio es el de ser incapaz de cambiar con él; creerte atado a lo muerto, seguir con lo anterior, permanecer igual.
Jorge Bucay
Nunca pensé que en la felicidad hubiera tanta tristeza.
Mario Benedetti
¡Denme libertad, o denme muerte!
Patrick Henry
Casi todo lo absurdo de nuestra conducta es resultado de imitar a aquellos a los que no podemos parecernos.
Samuel Johnson
Pues entre las cosas que chacen sospechar de alguien, ninguna pone tanto en evidencia quién ha sido el autor de un crimen como el beneficio que se deriva de ese acto.
Thomas Hobbes
Condenando el parasitismo de la Nobleza inglesa y la naciente clase capitalista, Moro describió a los propietarios de profesion, como los zánganos, viven del trabajo ajeno, concretamente del trabajo vivo de los inquilinos, a los que mondan hasta la carne viva.
Tomás Moro