La gente de mucha edad se divide en dos clases: ancianos, cuya cabellera toma el nombre de canas, y viejos, cuya cabellera nunca pierde el nombre de pelo.
Antonio Trueba
Uno siempre necesita de alguien. No hay nada peor que sentirse despreciado o ignorado. La vida en pareja... es algo indispensable para vivir.
Alejandro Sanz
Aprende a vivir aislado y a meditar en soledad; pero si te mezclas con la muchedumbre procura ser, como todos ellos, uno de tantos.
Cleóbulo de Lindos
Es mejor usar los tópicos para hacer malos chistes que para hacer mala política.
El Gran Wyoming
La mentira santa es común a Confucio, al Código de Manú, a Mahoma, a la Iglesia cristiana - no falta en Platón. La verdad existe: esto significa, en cualquier lugar en que se lo oiga, el sacerdote miente...
Friedrich Nietzsche
Gracias a Dios nunca he perdido la inocencia infantil y la pureza de la mirada y la ingenuidad... Que la inocencia infantil era muy útil, porque si yo era un poco más sabio, no habría sido capaz de hacer nada, tal vez. Así que me alegro de que no era inteligente.
Imelda Marcos
El dinero sí da la felicidad, lo que no la da es tener que ganarlo.
Jaume Perich
La adrenalina y el miedo te hacen perder la noción del tiempo.
John Katzenbach
Este mundo está traicionando a la vida.
José Luis Sampedro
No necesito demasiado. El glamour y todas esas cosas no me excitan. Estoy contento por tener al baloncesto en mi vida.
LeBron James
Estoy centrado en el Barça de lleno.
Maximiliano Gastón López
Mi casa se puebla de arlequines cuando hay ruido de besos en el aire.
Roberto Jorge Santoro
El amor es una fuerza poderosa. Capaz de terminar con muchas legiones a la vez si es necesario.
Santiago Posteguillo
El que disputa con un beodo, disputa con un hombre ausente.
Séneca
Me trato a mí mismo como me gustaría que me tratasen los demás.
Spencer Johnson
Sea sensible, sea sensato, tenga cuidado con el momento que elige, pero haga algo con la situación. Evite quejarse, criticar o mostrarse negativo; esté en guardia para no eludir la responsabilidad y culparlos a ellos de los fallos.
Stephen Covey