Hallé lo más bello de las flores en las flores caídas.
Antonio Porchia
Pero la paz, como la democracia, sólo pueda dar todos sus frutos donde todos la respetan y aman.
Alfonso Reyes Ochoa
Hay momentos en que para sobrevivir es necesario ignorar la felicidad de los simples.
Care Santos
Un buen mentiroso sabe que la mentira más efectiva es siempre una verdad a la que se le ha sustraído una pieza clave.
Carlos Ruiz Zafón
El sexenio de Carlos Salinas fue el más corrupto y desbarató nuestro patrimonio, malvendiéndolo a sus cómplices: eran las grandes columnas estratégicas del desarrollo autónomo de México. Ese es el padrino de Peña Nieto.
Esteban Garaiz
Hasta la misma fantasía tiene sus límites.
Fiódor Dostoyevski
El amor se come los pequeños disfraces de las muchachas.
Francis Picabia
El amor busca en los seres, más allá de la carne, un secreto de ardor, de ciencia y de astucia que sólo tienen los que han vivido mucho.
François Mauriac
Todo forma parte de un todo.
Frank Lloyd Wright
Los frutos del destino caen por su propio peso, cuando están maduros.
Friedrich Schiller
Que mi nombre perezca si tan sólo con ello el nombre de Dios el padre es por ello exaltado.
Johannes Kepler
Sabríamos mucho más de las complejidades de la vida si nos aplicásemos a estudiar con ahínco sus contradicciones en vez de perder tanto tiempo con las identidades y las coherencias, que ésas tienen la obligación de explicarse por sí mismas.
José Saramago
Siempre llevo el rosario en mi cuello, yo no sigo la iglesia, yo respeto mucho las religiones porque son muy importantes. La conexión con Dios para mí es algo totalmente personal y directo. No hay ningún tipo de sucursales ni nada por el estilo, es una voz interior que está allí, así es mi conexión con Dios.
Juanes
Cada ser humano tiene, dentro de sí, algo mucho más importante que él mísmo: su Don.
Paulo Coelho
Las batallas se pueden ganar con el corazón, pero las guerras sólo se pueden ganar con la cabeza.
Santiago Posteguillo
Algunas personas son amables sólo porque no se atreven a ser de otra manera.
William Faulkner