El ruido se inicia en el instante en el que las personas se callan y oímos los pensamientos moverse dentro de ellas como las piezas, que intentan ajustarse, de un motor averiado.
António Lobo Antunes
Me siento un músico español y por ello, y sin complejos, universal.
Antón García Abril
Viajan ya hacia la Tierra naves interplanetarias invisibles al ojo humano. Estos seres invisibles al ojo humano conviven en nuestro planeta desde siempre y moran en templos y conventos porque son místicos y tratan de imponer la fe.
Benjamín Solari Parravicini
Valencia, Sevilla o Madrid sería un lugar ideal para el equipo.
Fernando Torres
El que no sabe nada no duda de nada.
George Herbert
Los hombres están para abastecer a sus familias a cualquier precio.
Giancarlo Esposito
Recuerdo la primera vez que tuve sexo... Todavía guardo el recibo.
Groucho Marx
Persecuciones, dice él, la historia del mundo está llena de ellas. Perpetuando el odio nacional entre las naciones.
James Joyce
En la infancia son son tan naturales los extravíos como lo son el buen juicio y el acierto en la edad madura; y si se quitara al hombre la facultad con que comete sus primeros errores, se le privaría sin duda de la que produce después los grandes hechos.
José Antonio Páez
Lector: no clasifiques: ¡Fantasía!, con desvío. Cotidiana tuya, como mía, es fantasía.
Macedonio Fernández
Todo poder humano se forma de paciencia y de tiempo.
Ralph Waldo Emerson
Defender a tu pueblo no es ningún crimen; es un deber sagrado.
Ratko Mladić
La visión gubernamental de la economía puede resumirse en unas cortas frases: si se mueve, póngasele un impuesto. Si se sigue moviendo, regúlese, y si no se mueve más, otórguesele un subsidio.
Ronald Reagan
Pon tus fantasmas en palabras para que te molesten menos. Pon tu corazón sobre el papel. Pon tus emociones en un texto para vivir mejor.
Silvia Adela Kohan
No ver a las personas es cosa que permite suponer en ellas todas las perfecciones.
Victor Hugo
La marea había dejado en la playa dibujos más delicados que los de cualquier jardinero de Tokio.
William Gibson