Siempre he estado rodeado de mujeres, me atrae mucho el alma femenina.
Antonio Gala
Yo creo firmemente que la monogamia es el estado perfecto del hombre civilizado.
Alejandro Casona
Nuestros Centros docentes son edificios sin alma: dan, a lo sumo, el saber; pero no infunden el amor al saber.
Ángel Ganivet
Los cementerios están llenos de valientes.
Anónimo
¡Nunca es más grande el hombre que de rodillas!
Federico Balart
Los sueños funcionan así: uno sabe cosas que no debería saber, se encuentra en lugares que no significan nada para sí mismo y suceden acontecimientos que no se pueden explicar.
Fernando Trujillo Sanz
Ya se unió la Historia al paso triunfal de los guerreros y yo invento palabras con que cantar, nuevas formas de amar, vuelvo a ser, soy otra vez, por fin otra vez, soy.
Gioconda Belli
Resistirse al cambio puede, sin que se quiera, afectar a la salud.
John C. Maxwell
El amor no se prueba ni se mide. Es como Gabriela. Existe, eso sí -dijo Juan Fulgencio-. El hecho de que no se comprenda ni se explique una cosa no acaba con ella. No sé nada de las estrellas, pero las veo en el cielo; son la belleza de la noche.
Jorge Amado
Nosotros, Partido Comunista, luchamos y lucharemos siempre por la realización de nuestro programa máximo, por la implantación en España del Gobierno obrero y campesino, por la dictadura del proletariado en nuestro país.
José Díaz Ramos
De qué nos vale una actitud ecologista en un rincón si el universo de la industria se mueve como se mueve?
José Mujica
Hágase el milagro, y hágalo el diablo.
Proverbio
Zapatero a tus zapatos.
Isak Dinesen dijo que ella escribía un poco cada día, sin esperanza y sin la desesperación. Quiero eso.
Raymond Carver
Si la atacamos todos, nos obstaculizamos y ninguno de nosotros se la lleva. Así que, vamos a por las amigas y nos ignoran, porque a nadie le gusta ser el segundo plato. Pero y ¿si nadie va a por la rubia? No nos obstaculizamos y no ofendemos a las otras chicas. Victoria asegurada. Y todos echaríamos un casquete.
Russell Crowe
En una ocasión salí de la ciudad y a la vuelta, en un punto en el que la tierra se elevaba y veía el mar a la izquierda y toda la carretera por delante, de pronto sentí que estaba en el cielo. En realidad el lugar era exactamente el mismo que el que había pasado hacía algunos minutos, pero había cambiado mi forma de verlo.
Yann Martel