No digas que los tiempos pasados eran mejores que los presentes, porque esta es necedad de los insipientes.
Antonio Arbio
Puede haber esperanza únicamente para una sociedad la cual actúa como una gran familia, no como muchas separadas.
Anwar Sadat
Antes de consultar la fantasía, consulta tu bolsa.
Benjamin Franklin
Un aumento de sueldo es como un martini: sube el ánimo, pero sólo por un rato.
Daniel Seligman
Cada curva matemática tiene una naturaleza propia, la exactitud de una ley, la expresión de una idea, la evidencia de una virtud.
Eduardo Torroja Miret
El alma es como una ciudad sitiada: detrás de sus muros resistentes vigilan los defensores. Si los cimientos son fuertes, la fortaleza no tendrá que capitular.
Epicteto
¿Qué hallará esta gente en esa cara -la de un toro- que lejos de conmoverse con su visión se crece más en la barbarie?
Eugenio Noel
No se mide el amor por el número de caricias, sino por la frecuencia con que uno y otro se comprenden.
Herbert Spencer
Del mismo modo que después de la comida los hombres deben andar una milla, las mujeres deben hablar una hora. Éste es su ejercicio.
John Fletcher
Musicalmente, el clarinete es un instrumento muchísimo más rico que el diccionario.
Oliverio Girondo
El amor es un arte que se adquiere con los años.
Roger Peyrefitte
Nuestras dotes singularmente humanas nos elevan por encima del mundo animal. La medida en que ejercitamos y desarrollamos esas dotes nos da poder para desplegar nuestro potencial humano. Entre el estímulo y la respuesta está nuestra mayor fuerza: la libertad interior de elegir.
Stephen Covey
Todos tenemos muchos mapas en la cabeza, que pueden clasificarse en dos categorías principales: mapas del modo en que son las cosas, o realidades, y mapas del modo en que deberían ser, o valores. Con esos mapas mentales interpretamos todo lo que experimentamos.
La sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos.
Tertuliano
Ama a una nube, ama a una mujer, pero ama.
Théophile Gautier
¿Qué es un envidioso? Un ingrato que detesta la luz que le alumbra y le calienta.
Victor Hugo