Allí donde huele a mierda, huele a ser.
Antonin Artaud
Quizá la nada abrace todo.
Alejandro Lanús
La mente siempre tiene razón, mientras que el apetito y la imaginación pueden equivocarse.
Aristóteles
¿Qué cómo son mis canciones? Pues mire, tengo canciones de cinco, de seis, de siete, de ocho, y aunque usted no se lo crea, hasta de diez minutos.
Bob Dylan
El infierno da vueltas y más vueltas. Su forma es circular y su naturaleza interminable, repetitiva y muy próxima a lo insoportable.
Brian O'Nolan
Para dos corazones que se amen, la menos ausencia es un mal grave. Como cuentan sus gustos por momentos, cualquier tiempo, cualquier distancia que los separe, los aflige.
Gaspar Melchor de Jovellanos
Señor, consagro a Ti mi entusiasmo, toda mi hacienda y mi vida con tal de poder realizar la obra de tu amor.
Jerónimo Usera
Lo que hace que no tengamos poetas actualmente, es el hecho de que podemos pasarnos sin ellos. No son necesarios a nuestros gustos, porque no lo son ni a nuestras leyes, ni a nuestras fiestas políticas, ni a nuestros placeres domésticos.
Joseph Joubert
Como no me vas a querer si soy perfecto, el problema debe ser algo que aún no detecto.
Kase.O
Todos los espacios íntimos son los que se relacionan con la sensualidad, con la vida, con un orden mucho más cósmico.
Laura Esquivel
Cada uno para sí y Dios para todos.
Lenin
Dad a tiempo los consejos y daréis muy pocos.
Niccolò Tommaseo
La meditación y la oración alimentan el alma.
Og Mandino
El imperialismo, para los pueblos indígenas, ha sido el silencio. Es el que quisiéramos verdaderamente derrotar algún día, porque un pueblo silenciado es más doloroso que un pueblo que habla y no se escucha. No hay cosa más triste que el silencio como regla sobre los pueblos.
Rigoberta Menchú
La religión no mantiene a nadie. Tiene que ser mantenida. No produce trigo ni maíz; no ara la tierra; no derriba bosques. Es una mendiga perpetua. Vive del trabajo de otros, y luego tiene la arrogancia de de pretender que ayuda al que da.
Robert G. Ingersoll
No soy un caballo paraguayo, más de una vez demostré que soy un pura sangre.
Romário