Me pregunto si las estrellas se iluminan con el fin de que algún día, cada uno pueda encontrar la suya.
Antoine de Saint-Exupéry
No hay leyes, ni tradiciones ni reglas que se puedan aplicar universalmente incluyendo ésta.
Anónimo
La suerte de ruptura interna de la correspondencia de todos los nervios.
Antonin Artaud
Cuando Michael canta es la voz de los ángeles, y cuando sus pies se mueven, puedes ver a Dios bailando.
Bob Geldof
La moderación es siempre la táctica preferible.
Carlos I de España
Qué maravilla ver a nuestros morochos, ellos les dicen negros, nosotros les decimos morochos, ingresar a las universidades públicas.
Cristina Fernández De Kirchner
La discusión es la muerte de la conversación.
Emil Ludwig
El mérito aparente es digno de desprecio; la virtud solamente es del hombre el ornato verdadero.
Félix María de Samaniego
Vuélveme tu suspiro, y subiré y bajaré de tu pecho, me enredaré en tu corazón, saldré al aire para volver a entrar. Y estaré en este juego toda la vida.
Gabriela Mistral
Una serpiente trazó un vértice para el sol -en no holladas playas sacó su lengua y tamborileó. ¿Qué fuente escuche? ¿Qué helados discursos? La memoria, confiada a la página, se había muerto.
Hart Crane
Siempre creí que lo bueno no era sino lo bello puesto en acción, que lo uno estaba íntimamente ligado con lo otro, y que ambos procedían de un origen común dentro del orden de la Naturaleza.
Jean-Jacques Rousseau
Los supremos ideales de socialismo y santidad son pleno amor.
José María Eguren
El gusto aumenta la memoria; existe la memoria del gusto: nos acordamos de lo que nos ha gustado. Existe también la de la imaginación: nos acordamos de lo que nos ha encantado.
Joseph Joubert
La proporción entre la obra humana y la naturaleza es la misma que media entre el hombre y dios.
Leonardo da Vinci
Yo creo que la civilización es una buena cosa; pienso que hay que estar muy, muy sumido en la civilización para poder rechazarla y mitificar el mundo primitivo como lo hizo Paul Gauguin. Hay que estar realmente preparado para despreciar la civilización, y decir cosas como, por ejemplo, La corbata, qué tontería, qué intolerable signo de opresión!
Mario Vargas Llosa
Hasta nuestro propio decoro como pueblo viril nos obliga a someter cuanto antes, por la razón o por la fuerza, a un puñado de salvajes que destruyen nuestra principal riqueza y nos impide ocupar definitivamente en nombre de la ley del progreso y de nuestra propia seguridad los territorios más ricos y fértiles de la República.
Nicolás Avellaneda