Hay dos cosas que el hombre no puede ocultar: que está borracho y que está enamorado.
Antífanes
Las bibliotecas, ya sea la mía o las que comparto con una mayor cantidad de lectores, siempre me han parecido lugares gratamente disparatados, y hasta donde alcanza mi memoria siempre me ha seducido su lógica laberíntica, la cual sugiere que la razón -si no el arte- gobierna una acumulación cacofónica de libros.
Alberto Manguel
Lo que puede hacerse con pocos medios, es vano intentarlo con muchos.
Anónimo
Leí en alguna parte que en la vida no es tan importante ser fuerte como sentirse fuerte. Medir tu capacidad.
Emile Hirsch
Perdono al que roba y al que mata, pero al que traiciona, nunca.
Emiliano Zapata
Es igual que me perdones o no, toda la vida serás en mi alma una llaga, y yo en la tuya: así debe ser...
Fiódor Dostoyevski
Era un hotel triste. Triste como un perro negro de tres patas empapado por la lluvia de diciembre.
Haruki Murakami
Eres muy bonita, Midori -corregí. ¿Cuánto? Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque.
La juventud es el tiempo de estudiar la sabiduría, así como la vejez es el tiempo de practicarla.
Jean-Jacques Rousseau
Un buen objetivo del liderazgo es ayudar a los que están haciendo las cosas mal, a que las hagan bien, y ayudar a los que las están haciendo bien a hacerlas mejor todavía.
Jim Rohn
¿Por qué quieres excluir de tu vida toda intranquilidad, sufrimiento o abatimiento, si al fin y al cabo desconoces la tarea que dichas circunstancias están realizando en tu interior?
Katherine Pancol
Si vivir es durar, prefiero una canción de los Beatles a un Long Play de los Boston Pops.
Mafalda
No existe, en realidad arte por el arte, ni arte que esté por encima de las clases, ni arte que se desarrolle al margen de la política o sea independiente de ella.
Mao Zedong
El orden social a cambio de libertad es un mal trato.
Marqués de Sade
Tenga el valor de vivir grandes emociones profundamente para crear un carácter alto y verdadero.
Paul Bourget
Descubrí la Leyenda Personal y las Señales de Dios, verdades que mi raciocinio intelectual se negaba a aceptar a causa de su simplicidad.
Paulo Coelho