El hombre que no puede elegir ha perdido la condición humana.
Anthony Burgess
El hombre se casa para retirarse del mundo; la mujer, para entrar en él.
Auguste-Louis Petiet
Somos rehenes de la eternidad, cautivos en el tiempo.
Carl Spitteler
Es necesario tener la idea de lo infinito, la idea de lo perfecto, como diría Descartes, para conocer su propia imperfección. La idea de lo perfecto no es idea, sino deseo.
Emmanuel Lévinas
La ley es la fuerza común organizada para obstaculizar la injusticia; y para abreviar, la ley es la justicia.
Frédéric Bastiat
Un talismán es cualquier objeto, sagrado o profano, con o sin apropiadas inscripciones de símbolos; no cargado, o consagrado mediante adecuado ritual mágico o meditación. Entre otras cosas ejerce en quien lo lleva un efecto auto-sugestivo. Está hecho para servir a una finalidad específica, para traer buena fortuna en algún sector de la vida o para alcanzar una meta específicamente denominada.
Israel Regardie
La ley y la justicia son cosas bastante diferentes entre sí. A veces coinciden.
José Luis Sampedro
Para hacer yo lo que debo sólo a lo que debo miro; ni a otros efectos aspiro, ni de otras causas me muevo.
Juan Ruiz de Alarcón
Al ver vuestra belleza, oh amor mío, de mis ojos dulcísimo sustento, tan elevado está mi pensamiento que conozco ya el cielo en vuestro brío.
Luís de Camões
¡Chúpate esa, papá!
Marcelo Rodríguez
El hombre nace para que un día nazca un hombre mejor.
Máximo Gorki
Al vencer sin obstáculos se triunfa sin gloria.
Pierre Corneille
Estuvo divertido el pesebre viviente este año.
Roberto Fontanarrosa
Cuando leo, acomodo: no sólo acomodo el cristalino de mis ojos sino también el de mi intelecto, para captar el buen nivel de significación (el que me conviene a mí).
Roland Barthes
La revolución proletaria debería arrojar un rayo de bondad para iluminar la triste vida de las prisiones, disminuir las sentencias draconianas, abolir los bárbaros castigos -las cadenas y azotes- mejorar en lo posible la atención médica, la alimentación y las condiciones de trabajo. ¡Es una cuestión de honor!
Rosa Luxemburgo
Y sobre todo: sé sincero contigo mismo; y de esto debe seguirse, como la noche al día, que entonces no puedas ser falso con ningún hombre.
William Shakespeare