El que está borracho es tan grande como un Rey.
Anónimo
¿Sentiste alguna vez lo que es tener el corazón roto?
Andrés Calamaro
Desprecio a los medios.
Bobby Fischer
De cualquier forma, quien es suficientemente perseverante para transitar este camino, si es necio, llegará a ver claro; si es débil, llegará a ser fuerte.
Confucio
Es mucho mejor hacer amigos, comprenderse mutuamente y hacer un esfuerzo para servir a la humanidad, antes de criticar y destruir.
Dalai Lama
Si se me permite revelar todo mi pensamiento: sin duda sería más conveniente para la dignidad de los Textos Sagrados que no se tolerara que los más superficiales y los más ignaros de los escritores los comprometieran, salpicando sus escritos con citas interpretadas o más bien extraídas en sentidos alejados de la recta intención de la Escritura, sin otro fin que la ostentación de un vano ornamento.
Galileo Galilei
Creo que bailar es un juego de hombres y, si el hombre lo hace bien lo hace mejor que una mujer.
Gene Kelly
Los éxitos instantáneos rara vez son instantáneos, y si hablaras con las personas que hay detrás de estos éxitos, te darías cuenta de que han llegado después de meses de miedos, incertidumbre y confusión, junto con una falta flagrante de seguidores.
Guy Kawasaki
Los busacadores de oro cavan mucho y hallan poco.
Heráclito
En las tinieblas la imaginación trabaja más activamente que en plena luz.
Immanuel Kant
Dios es modesto, no se atreve a vanagloriarse de haber creado el mundo.
Jules Renard
La ciencia se puede aprender de memoria, pero la sabiduría no.
Laurence Sterne
El lobo que permanece en su guarida -dijo Herger- nunca consigue alimento, como tampoco obtiene la victoria el hombre que duerme.
Michael Crichton
Supongo que para mí el enamoramiento siempre será algo muy parecido a un rescate.
Paolo Giordano
Mi mente es la única parte de mi cuerpo que todavía esta viva. Soy una cabeza atada a un cuerpo muerto.
Ramón Sampedro
Es el hombre que más práctica la religión y menos piensa en ella. Ni duda ni cree. Acepta lo establecido, viviendo en un sonambulismo intelectual.
Vicente Blasco Ibáñez