El nuestro es un mundo en el que la gente no sabe lo que quiere... Pero esta dispuesta a todo para conseguirlo.
Anónimo
La vida sólo nos parece corta porque la medimos inconsiderablemente con nuestras locas esperanzas.
Anatole France
No tenía nombre. Amor no era; el Magistral no creía en una pasión especial, en un sentimiento puro y noble que se pudiera llamar amor; esto era cosa de novelistas y poetas, y la hipocresía del pecado había recurrido a esa palabra santificante para disfrazar muchas de las mil formas de la lujuria.
Clarín
Sigo trabajando para intentar aprender, para intentar hacer lo que no sé. Detesto repetir cosas que ya he hecho.
Eduardo Chillida
Era injusto para él. Estaba condenado a mostrarse tal y como era, sin poder suavizar sus defectos ante los demás.
Fernando Trujillo Sanz
He trabajado suficientemente duro y he ganado bastante dinero como para fracasar el resto de mi vida. ¡Y voy a hacerlas!
George Lucas
Caracas, linda Caracas, Caracas de mis amores... Feliz día, Caracas, Ciudad Libertadora! Te amo, Ciudad Rebelde y bella!
Hugo Chávez
El mal no es una cosa, es una ausencia de cosas.
Jo Nesbø
Mujer, tú necesitas apagar ese fuego... Si no duermes bien, si no descansas, si no tienes sosiego, es porque te está ardiendo el rabo en un fuego infernal...
Jorge Amado
El voto es un contrato por cuatro años.
José Luis Rodríguez Zapatero
No se pasa de lo posible a lo real, sino de lo imposible a lo verdadero.
María Zambrano
Mal haya el hombre, mal haya mil veces aquel que entrega sus secretos a un papel, porque es disparada piedra que se sabe quien la tira y no se sabe a quien llega.
Pedro Calderón de la Barca
No puedo hablar de todos mis amores, pertenecen a la intimidad de los recuerdos. Puedo asegurar que he sido afortunado en mi trato con las mujeres.
René Rebetez
Descubrí que la vida es un juego de azar donde pierde el que gana.
Ricardo Arjona
Un momento de éxito compensa el fracaso de años.
Robert Browning
Defecto por defecto, preferible es la arrogancia al apocamiento, la osadía mide sus fuerzas y vence o es vencida, pero la modestia excesiva huye de la batalla y se condena a vergonzosa inacción.
Santiago Ramón y Cajal