A veces me pregunto porque la vida es tan bella; ahora ya lo sé: es porque tú estás en ella.
Anónimo
Para nuestros propios defectos somos topos; para los ajenos, linces.
Escucha bien el consejo de quien sabe mucho, pero escucha sobre todo el consejo de quien te quiere mucho.
Arturo Graf
Debemos luchar por el hombre mismo, porque es la evidencia humana la que hace bambolear los tiranos y falsos dioses. Y si no sabemos con seguridad que nuestra verdad es la verdad, sabemos bien, en cambio, donde está la mentira.
Arturo Umberto Illia
La felicidad total del hombre consiste en disfrutar de la estimación de los demás.
Blaise Pascal
Yo lloraba con más fuerza. Mira las estrellas y desaparecerás.
Chuck Palahniuk
El vino siembra poesía en los corazones.
Dante Alighieri
Sólo la gente común trabaja: la gente de buena familia hace negocios.
Edgar Wallace
Reírse de todo es propio de tontos, pero no reírse de nada lo es de estúpidos.
Erasmo de Róterdam
Me acuerdo de que entonces la imagen de una mujer, el fantasma de un amor, casi nunca aparecía de manera clara y nítida en mi mente, pero en todo lo que pensaba, en todo lo que sentía se escondía el presentimiento de algo nuevo, inimaginablemente dulce, femenino, algo de lo que sólo a medias era consciente, pero que hería mi pudor.
Iván Turguénev
La pareja no se apoya sobre la permanencia del amor y la sexualidad, sino sobre la permanencia de la ternura.
Kostas Alexos
El hombre bueno con suerte, es un bien común.
Menandro
Cuando el 8 de agosto de 1897 Cánovas del Castillo cayó muerto por un disparo terrorista, Iglesias dijo: Condenamos los crímenes de abajo tanto como los de arriba, aunque algunas veces los primeros sean corolarios de los segundos. Y añadía: No contribuyamos a convertir esta sociedad, inarmónica ya por antagonismo de intereses, en una sangrienta lucha de fieras.
Pablo Iglesias Posse
Cuando estás solucionando un problema, no te preocupes. Ahora, después de que has resuelto el problema es el momento de preocuparse.
Richard Feynman
Tomar posición es hacer cinepolítico.
Sergio Leone
La lluvia lo despertó, una llovizna lenta; tenía los pies enredados en espirales de fibra óptica desechada. El mar de sonido de la vídeo galería caía sobre él, retrocedía, regresaba.
William Gibson