Lo moderno es lo que llega a antiguo.
Anónimo
Las circunstancias están llenas de problemas, montañas de problemas, y debemos ponernos a su altura. Enfrentados a una nueva situación, debemos pensar desde cero y actuar desde cero.
Abraham Lincoln
La finalidad de una moneda es, ante todo, facilitar las operaciones comerciales, y, para cumplir esta finalidad, necesita estar definida con toda claridad y ser aceptada por la generalidad de las gentes.
Alfred Marshall
De la misma condición;
Tú te has llevado tu olor a bosque y el gusto de la vida.
Antonio Gala
La primera ley de la amistad es pedir a los amigos cosas honradas; y sólo cosas honradas hacer por ellos.
Cicerón
La verdadera paz sólo se encuentra en la verdad.
Ferdinando Galiani
Porque cuando nos elevamos del caos, aspiramos a la verdad, la perfección y la sencillez; pero, cuando reflexionamos y nos volvemos hacia dentro, viniendo de arriba, encontramos la tristeza y la desilusión, y el susurro del viento.
George Santayana
Mudan los tiempos, y nosotros con ellos.
John Owen
De modo que las relaciones sexuales prematrimoniales son inadmisibles. Si fueran convenientes, Dios no las hubiera prohibido. -Es que conviene entrenarse. ¡Ni hablar! Eso después de la boda.
Jorge Loring Miró
La ley básica del capitalismo es tú o yo, no tú y yo.
Karl Liebknecht
El organismo vivo es un orden jerárquico de sistemas abiertos. Lo que se impone como estructura duradera en determinado nivel está sustentado, de hecho, por continuo intercambio de componentes en el nivel inmediatamente inferior.
Ludwig Von Bertalanffy
Medita con alegría, no medites con seriedad. Cuando entres en la sala de meditación, deja tu seriedad y tus zapatos en la puerta. Haz de la meditación una diversión.
Osho
Muchas de las cosas que han dicho me han dado ganas de reír porque lo publicaban como si fuera algo real: 'Esta canción habla de su ex'. La verdad es que yo nunca he confirmado que hubiera canciones que hablaban de mis ex. Son simples habladurías.
Taylor Swift
Sin riesgo no se hace nada grande y memorable.
Terencio
Nunca a Dios llamaba bueno hasta después de comer.
Tirso de Molina