Piensa el ladrón que son todos de su la misma condición.
Anónimo
Soy un actor, no una estrella. Las estrellas son personas que viven en Hollywood y tienen piscinas con forma de corazón.
Al Pacino
Aquí no se gana, excepto a través del largo estudio y del gran amor.
Augusto Murri
Pero hay idiotas -la mayoría- que mueren sin enterarse de que fueron pendejos.
Carlos Fuentes
No sentir la avidez de riquezas es una gran riqueza; no tener la manía de gastar es una renta.
Cicerón
Los cambios pueden tener lugar despacio. Lo importante es que tengan lugar.
Confucio
Y cuando a uno le gusta el trabajo procura hacerlo tan bien como puede. De otro modo no tendría sentido. Esto es lo que soy yo.
Dashiell Hammett
La patria es el pueblo y nada puede sobreponerse al pueblo sin que corran peligro la libertad y la justicia.
Eva Perón
Sólo hay una especie de amor; pero existen mil copias diferentes.
François de La Rochefoucauld
Los inflacionistas mejor preparados no dejan de reconocer que cualquier incremento sustancial en el volumen de dinero en circulación lleva consigo la reducción del poder adquisitivo de la unidad monetaria; en otras palabras, conduce a un aumento en el precio de las mercancías.
Henry Hazlitt
Admiro a Frida Kahlo porque vestía de hombre, tenía bigote y, aún así, era capaz de ser glamorosa.
Madonna
Las mentiras son muy difíciles de matar pero una mentira que atribuye a un hombre lo que en realidad era el trabajo de una mujer tiene más vidas que un gato.
Marie Curie
Las riquezas están donde están los amigos.
Quintiliano
Se necesita poseer un espíritu fuerte para conservar la moderación cuando todo nos va bien.
Séneca
Ni una cosa ni otra ha de hacerse, pues ambas son viciosas: fiar de todos y no fiar de nadie; ahora bien, yo te diría que el primero de estos extremos viciosos es más noble, aunque el segundo sea más seguro.
Y en estas cuatro cosas -creencia en los espíritus, ignorancia de las causas segundas, devoción a lo que suscita el temor de los hombres y el tomar como presagio lo que es casual- consiste la semilla natural de la religión.
Thomas Hobbes