El amor hace mucho, pero el dinero hace todo.
Anónimo
En el curso de la próxima generación, creo que los amos del mundo descubrirán que el condicionamiento infantil y la narcohipnosis son más eficaces como instrumentos de gobierno que los garrotes y los calabozos, y que la avidez de poder puede satisfacerse tan cabalmente si mediante sugestión se hace que la gente ame su servidumbre como si a latigazos y puntapies se le impone la obediencia.
Aldous Huxley
La revolución es buena para los historiadores. Sirven todos los partidos, todas las necedades tienen valor, todas las ideas alcanzan un lugar.
Alfonso XIII de España
La ciudad (polis) es una de las cosas que existen por naturaleza; y el hombre es, por naturaleza, un animal político.
Aristóteles
Usted nunca será una hortaliza porque incluso las alcachofas tienen corazón.
Audrey Tautou
El corazón necesita un segundo corazón. La alegría compartida es doble alegría.
Christoph August Tiedge
La vida no es aceptable a no ser que el cuerpo y el espíritu vivan en buena armonía, si no hay un equilibrio natural entre ellos y si no experimentan un respeto natural el uno por el otro.
D. H. Lawrence
Llegó la muerte un día y arrasó con todo, todo, todo, todo un vendaval, y fue un fuerte vendaval.
Fito Páez
Son las palabras y las fórmulas, más bien que la razón, las que crean la mayoría de nuestras opiniones.
Gustave Le Bon
Nadie se hace malvado de repente.
Juvenal
Los egoístas no son capaces de amor ni de odio.
Leonid Andréiev
Esto de enmendar costumbres es peligroso y violento.
Luis de Góngora
Amáme, porque, sin ti, nada puedo y nada soy.
Paul Verlaine
Cuánto más se aproxima uno al sueño, más se va convirtiendo la leyenda personal en la verdadera razón de vivir.
Paulo Coelho
Un hombre puede cometer muchos errores pequeños. Y no tiene importancia. Pero si los errores son grandes y pesan sobre su vida, lo único que puede hacer es no tomarse en serio. Sólo así evita sufrir. El sufrimiento prolongado puede ser mortal.
Pedro Juan Gutiérrez
La felicidad suprema de la vida es la convicción de que somos amados.
Victor Hugo