Nadie pone más en evidencia su torpeza y mala crianza que el que empieza a hablar antes que su interlocutor haya concluido.
Anónimo
La justicia es conciencia, no una conciencia personal, sino la conciencia de toda la humanidad. Los que reconocen claramente la voz de su propia conciencia por lo general también reconocer la voz de la justicia.
Aleksandr Solzhenitsyn
Para el hombre tímido el aire está infestado de demonios.
La Peineta va a ser un gran estadio, el mejor del mundo por lo menos el año que se inaugure.
Enrique Cerezo
Es una tragedia que no la escribieron Sófocles o Esquilo porque les tuvieron miedo a los críticos de Atenas.
Enrique Jardiel Poncela
Si se ha de escribir correctamente poesía, no basta con sentirse desfallecer en el jardín, bajo el peso concertado del alma o lo que fuere y del célebre crepúsculo o lo que fuere.
Enrique Lihn
La pretensión de los comunistas de que su sistema pondrá fin a la guerra de clases al suprimir las clases, es una ficción, porque su sistema se basa en el consumo ilimitado como meta de vida.
Erich Fromm
En la mayor miseria de nuestra vida siempre hay algo en nosotros que quiere sentirse superior a nosotros mismos. Nos despreciamos demasiado si no creyésemos valer más que nuestra vida.
Jacinto Benavente
Siempre he sido políticamente incorrecto, y he estado en contra del status quo.
John Lennon
La novela es ese gran combate que libra el escritor consigo mismo porque hay en ella todo un mundo, todo un universo en que se debaten juegos capitales del destino humano.
Julio Cortázar
En los tiempos de la universidad no sabía lo que quería.
Kim Coates
Atracción, duda y angustia primero. Abismo y pasión después.
María Dueñas
El orden depende de valores extremadamente personales sobre cómo desea uno vivir.
Marie Kondo
Quién me refleja sino tú misma me veo tan poco sin ti no veo más que una planicie desierta.
Paul Eluard
Las penas del mañana son más temibles que las del pasado.
Robert Hamerling
El dinero no es más que poder social, y nada hay en el mundo más difícil de administrar que el poder.
Salvador de Madariaga