Si un amor se va no llores, por que las lágrimas no te dejarán ver al que viene.
Anónimo
¡Feliz el hombre que puede rezar o tiene alguien a quién decirle adiós!
Adam Mickiewicz
Alguna vez en la vida volveré por esa senda, haciendo el mismo camino entre tu rancho y la acequia.
Atahualpa Yupanqui
El desarme o la destrucción del adversario (sea cual fuere la expresión que escojamos) debe consistir siempre el objetivo de la acción militar.
Carl von Clausewitz
La música está por encima de cualquier nombre y de cualquier artista.
Chenoa
En toda revolución de tipo judío como es la de nuestra desventurada España, el primer cuidado de los conspiradores triunfantes, por inhibición de los demás es cumplir rápidamente el programa.
José María Albiñana
No malgastes lo que te queda de vida conjeturando sobre los demás, a no ser que busques un bien común. Pues imaginar qué pueden estar haciendo y por qué, qué están pensando y qué planean, te aturde y te aparta de tu guía interior.
Marco Aurelio
Tuvimos que luchar contra el enemigo externo en las Malvinas. Pero siempre tenemos que estar atentos al enemigo interno, que es mucho más difícil de combatir y más peligroso para la libertad.
Margaret Thatcher
Esclavo de dios, el hombre debe serlo también de la iglesia y del estado, en tanto que este último es consagrado por la iglesia.
Mijaíl Bakunin
No te permitas a ti mismo el convertirte en un individuo uni-dimensional cuya completa existencia se desarrolla alrededor del gimnasio y el entrenamiento.
Mike Mentzer
Ser el más grande del mundo en cualquier cosa, aunque sea en escupido en distancia, implica una grave, pesada y sofocante responsabilidad.
Nelson Rodrigues
Un hombre de Estado es el que se pasa la mitad de su vida haciendo leyes, y la otra mitad ayudando a sus amigos a no cumplirlas.
Noel Clarasó
El tango está lleno de despedidas.
Ramón Gómez de la Serna
Quien acepta protección se compromete a obedecer.
Samuel Johnson
No es un resultado afortunado. Es el resultado que permite que nosotros estemos aquí para observarlo.
Stephen Hawking
Tomé una respiración profunda y escuché el viejo rebuzno de mi corazón: soy yo, soy yo, soy yo.
Sylvia Plath