El hombre da ternura para recibir sexo, la mujer da sexo para recibir ternura.
Anónimo
¿No es, a veces, el azar la más insolente de las aristocracias?.
Etienne Rey
Lo malo de la educación moderna es que nunca se sabe hasta qué punto la gente es ignorante.
Evelyn Waugh
Una multitud no constituye una asociación; los rostros no son más que una galería de pinturas.
Francis Bacon
A un pobre hombre se le pueden indicar sus vicios; a un señor, ni aunque camine al infierno.
Geoffrey Chaucer
Esforzaos por mantener viva en vuestro pecho esa chispa de fuego celestial llamada conciencia.
George Washington
Quisiera ser como el pájaro que al despuntar la mañana, despierta y le canta al mundo el canto de una esperanza.
José Larralde
El halago debilita.
José María García
El amor, con licencia de vuestra merced, es lo mismo que la guerra. A lo mejor, un soldado sale con bien después de tressemanas de servicio un sábado por la noche, y, sin embargo, un tiro le atraviesa el corazón un domingo por la mañana.
Laurence Sterne
Voy como los perros mojados a la siga de tu recuerdo, sujetándome las palabras.
Pablo de Rokha
La propia posición de nuestra escuela, generalmente maravillada ella misma por la sonoridad de la palabra, por la memorización de los fragmentos, por la desvinculación de la realidad, por la tendencia a reducir los medios de aprendizaje a formas meramente nacionales, ya es una posición característicamente ingenua.
Paulo Freire
Nada es demasiado importante. Lo que realmente importa es llegar a tu casa, estar tranquila y poder dormir bien. Por eso todo lo que me pasa me lo tomo como algo normal.
Paz Vega
Podríamos decir que cuando me teñí el pelo de azul estaba pensando en otras cosas, y dos copas de vino tinto no mejoraban mi concentración.
Rabih Alameddine
El poder del gobierno legítimo ha de ser defendido, y las desgracias desatadas por las rebeliones han de imputarse únicamente a los rebeldes.
Samuel Johnson
A veces hay que servir para poder dirigir. Espero que lo entiendas algún día.
Sean Bean
¿Era posible que Napoleón ganara esta batalla? No. ¿A causa de Wellington? No, a causa de Dios.
Victor Hugo