Te he dicho que yo no sentía miedo respecto a mi propia muerte, ni siquiera un prejuicio contra el suicidio. Pero sentía inmensa consideración por la vida de los demás.
Anne Rice
Tu nombre era innombrable, porque había naufragado en la playa de unos labios desierto.
Aída Cartagena Portalatín
Ha llegado el momento del cambio, ha llegado el momento de una nueva generación de autoridades preocupadas por el bienestar de los guatemaltecos.
Alejandro J. Sinibaldi
No soporto la injusticia. Por ello me atraen los hombres de paz. Trabajo mucho para controlarme; admiro a la gente que transforma la rabia en paz.
Bono
La pasión para el hombre es un torrente; para la mujer, un abismo.
Concepción Arenal
El hombre sobrelleva el infortunio sin quejarse, y por eso le hace sufrir más.
Franz Schubert
El rumbo de la vida da tantas vueltas, y es tan confuso el viaje, que no me extrañará marearme cuando sea un anciano.
Gleb Gusev
Es dulce ser la única fuente, la causa tiránica e inapelable de las grandes dichas y de la desesperación más honda de otro ser.
Iván Turguénev
La envidia, mi hijo, lleva ella misma distancia, y se inclina como un cordero bajo los efectos del mal de ojo.
Jacopo Sannazaro
Uno de los casos más comunes de impuestos discriminatorios es el de un derecho sobre la importación de una mercancía que puede producirse en el país, no acompañado de un impuesto equivalente sobre la producción nacional.
John Stuart Mill
La verdad es que no pasa nada para las desgracias que podrían ocurrir. Lo milagroso es que funcionen los semáforos.
Juan José Millás
Son las mujeres quienes crean la opinión pública.
León Tolstói
El que llama a Dios en su socorro mientras permanece él encenagado en el vicio, hace como el ratero que llama en su ayuda a la justicia.
Michel de Montaigne
Siento que callar es un pecado capital, en la capital del pecado me quieren decapitar.
Nach
El hombre comienza por amar el amor, y termina amando a una mujer.
Remy de Gourmont
Salimos de las tinieblas y entramos en las tinieblas. Entre esos dos instantes hay muchas experiencias, vivencias, pero no vivimos ni el principio ni el fin, ni el nacimiento ni la muerte; ninguno de los dos tiene carácter subjetivo; en tanto procesos, caen enteramente en el terreno de lo objetivo. Así es.
Thomas Mann