Sólo me rodeo de personas intelectualmente estimulantes.
Anna Chlumsky
Si al franquear una montaña en la dirección de una estrella, el viajero se deja absorber demasiado por los problemas de la escalada, se arriesga a olvidar cual es la estrella que lo guía.
Antoine de Saint-Exupéry
Yo amo a Yecla, este buen pueblo de labriegos... Los veo amar, amar la tierra. Y tienen una fe enorme, la fe de los antiguos místicos... Esta es la vieja España, legendaria, heroica...
Azorín
Un hoyuelo en la tumba convierte esa feroz habitación en un hogar.
Emily Dickinson
Crearé 800.000 puestos de trabajo.
Felipe González
Escribo por llenar el tiempo y porque no tengo otra cosa que hacer. Me aburro mucho.
Fernando Vallejo
Oh, esos pobres pícaros que están en las grandes ciudades de la política mundial, hombres jóvenes, dotados, torturados por la ambición, que consideran su deber decir su palabra acerca de todos los sucesos... ¡Y siempre sucede algo!
Friedrich Nietzsche
El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad.
Gabriel García Márquez
El pelo es lo primero. Y los dientes lo segundo. Si un hombre tiene esas dos cosas lo tiene todo.
James Brown
Para Francis fue como si el tiempo hubiera perdido el control y el transcurrir ordenado de las horas nocturnas se hubiera sumido en el caos.
John Katzenbach
Ama a tu mujer por sus virtudes; para sus faltas sé un poco ciego.
Matthew Prior
Maradona es mi jugador favorito. Es bajo, rápido, fuerte, muy inteligente y explosivo. No puedo hablar de él fuera de la cancha porque nunca lo encontré personalmente.
Mike Tyson
Así viven las clases dominantes: del sufrimiento y de la muerte de las clases dominadas, y pobres y ricos, oprimidos y déspotas, en virtud de la costumbre y de las preocupaciones heredadas, consideran natural este absurdo estado de cosas.
Ricardo Flores Magón
La familia es lo que importa.
Stellan Skarsgård
El tamaño de un hombre puede medirse por el tamaño de las cosas que le encolerizan.
Thomas Morley
El ojo ve bien a Dios solamente a través de las lágrimas.
Victor Hugo