Mi padre tenÃa razón... el dinero o la fama no eran tan importantes como respirar. Lo esencial sucede y lo demás es prescindible.
Angus Young
Antes que toda otra cosa la preparación es la clave para el éxito.
Alexander Graham Bell
El amor es la guerra.
Bill Hader
En poesÃa, lo esencial no es sólo lo que se dice, sino el cómo se dice. En la vida, lo esencial no es ni lo uno ni lo otro, sino nuestros actos.
Carlos Sahagún
El hombre que piensa que debe su nacimiento sólo a sus padres esperará hasta que llegue su natural y destinado final; el que es hijo de su nación está dispuesto a morir antes que verla esclavizada, y vigilará esos agravios e indignidades, que en la sujeción al bien común se ve impulsado a soportar, como más aterradores que la propia muerte.
Demóstenes
Muchas veces se hace el bien para poder hacer impunemente el mal.
François de La Rochefoucauld
¿Cuál es, pues, vuestro deber? Lo que el dÃa de hoy reclama.
Goethe
Lo que hice el año pasado es una groserÃa. Ganar 57 partidos seguidos en polvo de ladrillo, y 85 partidos de los 87 jugados, con 16 torneos ganados sobre 31, es una barbaridad que no voy a volver a repetir en mi carrera. Ni creo que en mucho tiempo alguien lo pueda igualar.
Guillermo Vilas
Dios formó lindas las flores, delicadas como son; le dio toda perfección y cuanto él era capaz, pero al hombre le dio más cuando le dio el corazón.
José Hernández
Recordad que la filosofÃa tiene su musa, y que no debe ser una oficina de razonamientos.
Joseph Joubert
Viva inquieta pulga. Por mi mano transfórmate en Buda.
Kobayashi Issa
El peso del ladrillo lo hace bailar como un hada por encima y quejarse por abajo.
Louis Kahn
Me está enriqueciendo muchÃsimo.
Maximiliano Gastón López
Los mismos vicios pueden engendrar orgullo desmedido o humildad excesiva.
Montesquieu
Mi esfuerzo aquà es que no creas hasta que sepas. Cuando sabes, no hay necesidad de creer, tú lo sabes. Yo destruyo todos los sistemas de creencias y no te doy ningún sustituto. Por esto, no es fácil entenderme.
Osho
Convertid un árbol en leña y podrá arder para vosotros; pero ya no producirá flores ni frutos.
Rabindranath Tagore