¿Quién es un hombre pobre? El que desorientado y desvalido, no tiene criatura, ni Dios, ni cuerpo, ni alma.
Angelus Silesius
La duración de una película debe ser proporcional a la resistencia de la vejiga humana.
Alfred Hitchcock
Toda música, en el fondo, no es más que la expresión de un sentimientoreligioso.
Armando Palacio Valdés
Solo cuando la inspiración se vuelve doméstica es capaz de volar al infinito.
David Escobar Galindo
De mis amores sólo faltaba tatuarme el de la Tota.
Diego Armando Maradona
La pobreza no estalla como las bombas, ni suena como los tiros.
Eduardo Galeano
Decido hacer mi testamento. Es este: les dejo el tiempo, todo el tiempo.
Eliseo Diego
Requemado por el sol y la violada, redondeada, iridiscente, gelatinosa y violada vejiga de una medusa flotando cerca del bote.
Ernest Hemingway
Las formas de nuestra época se obtienen recorriendo el mismo camino por el que avanzaron nuestros antecesores para construir sus extraordinarios templos, catedrales o castillos, para los que no encontraron ningún modelo, pero que respondían a sus necesidades, deseos e ideales y se acercaban a sus aspiraciones.
Ernst Neufert
¿Qué son nuestras facultades, sino una prolongación de nuestra personalidad, y qué es la propiedad sino una prolongación de nuestras facultades?
Frédéric Bastiat
El malvado descansa algunas veces; el necio jamás.
José Ortega y Gasset
Es justo que los pueblos esperen todo bueno de sus dignos representantes; pero también es conveniente que aprendan por sí mismos lo que es debido a sus intereses y derechos.
Mariano Moreno
Hasta que el día menos pensado, la mujer que nos electriza intensifica tanto sus descargas sexuales, que termina por electrocutarnos en un espasmo, lleno de interrupciones y de cortocircuitos.
Oliverio Girondo
Es la tarde gris y triste. Viste el mar de terciopelo y el cielo profundo viste de duelo.
Rubén Darío
Un tío sube al metro en Los Ángeles y se muere, ¿crees que alguien se da cuenta?
Tom Cruise
El hombre no se limita a existir, sino que decide cómo será su existencia, en qué se convertirá en el minuto siguiente.
Viktor Frankl