Yo diría que quien ha merecido la dicha puede soportar la desgracia, y que toda emoción santifica.
Ángeles Mastretta
Es verdad que no me quiero apuntar al ejército o manejar un torno en fábricas de repuestos. De todos modos, soy miope y psicópata. América, trataré de arrimar mi hombro de maricón.
Allen Ginsberg
Es tan ciega la ciudad que no nos vemos los dos.
Andrés Calamaro
Entre los derechos humanos se incluirá próximamente el de salir por la tele.
Andrés Rábago García
Soy rico, pero no veo en la fortuna más que un instrumento para obrar el bien con mayor prontitud y eficacia.
Barón de Holbach
¿Quién dijo que todo está perdido? Yo vengo a ofrecer mi corazón...
Fito Páez
En un terreno tan falso, en el que toda naturaleza, todo valor natural, toda realidad tenían en contra suya los instintos más hondos de la clase dominante creció el cristianismo una forma de enemistad moral, hasta ahora no recuperada, a la realidad.
Friedrich Nietzsche
El conocimiento es un arma, Jon. Aseguraos de ir bien armado antes de entrar en combate.
George R. R. Martin
La mujer es el milagro de las contradicciones divinas.
Jules Michelet
No tenía nada en contra de los zulús. No habían hecho ningún daño a los indos. Tenía dudas sobre la rebelión en sí. Pero por entonces, yo creía que el imperio británico existía para el bienestar del mundo. Un sincero sentido de lealtad me impedía desear ningún mal al imperio. Por lo tanto, la justicia o derecho de la rebelión no podía afectar mi decisión.
Mahatma Gandhi
Hay dos clases de fidelidad: la de los perros y la de los gatos; vosotros, señores, tenéis la fidelidad de los gatos, que nunca abandonan la casa.
Napoleón Bonaparte
El más rico de todos los hombres es el ahorrativo, el más pobre, el avaro.
Nicolas Chamfort
(La sabiduría) tiene un sabor y olor de Dios.
Oliva Sabuco
En una mano lleva la piedra, y con la otra muestra el pan.
Plauto
Preguntarse qué había antes del Big Bang es como preguntarse qué hay al norte del polo norte.
Stephen Hawking
Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.
Teresa de Calcuta