¿Qué nos faltó para que la utopía venciera a la realidad? ¿Qué derrotó a la utopía?
Andrés Rivera
El pueblo me conoce y no por verme en la tele.
Andrés Calamaro
Lo que ves cuando duermes no es real.
Brit Marling
Ellos tienen la reputación de bello espíritu sin tener el mérito ni el carácter...
Eugenio Espejo
El secreto para hacerse agradable en las conversaciones es no explicar demasiado las cosas; decirlas a medias, dejando algo para que lo adivinen los demás, es una señal de la buena opinión en que se los tiene, y no hay cosa que más halague su amor propio.
François de La Rochefoucauld
El punto débil de la felicidad humana reside en su sentimiento del pasado y del porvenir; el presente sufre siempre un poco, a causa de los recuerdos o de las esperanzas.
Hermanos Goncourt
No te contentes con hablar a las gentes de bien: imítalas.
Isócrates
Al amigo pienso yo que han de pedirse las cosas graves y dificultosas, mas las ilícitas no.
Juan Ruiz de Alarcón
A cada uno su verdad.
Luigi Pirandello
Con la edad viene la confianza. Me encanta tener esta edad. Confío en mí misma y estoy cómoda con quién soy.
Mary Lou Cook
Lo peor es un enemigo tonto. Un enemigo inteligente, si también lo somos, no deja de apreciarnos por ello y combatirá siempre con nobleza contra nosotros.
Oscar Wilde
La única manera de multiplicar la felicidad es compartirla.
Paul Scherrer
Creo que escribiré una novela policiaca a la inglesa, sobre el portero Jones y dos hermanas ancianas en esa cabaña de techo a dos aguas, algo que tenga latín y música y muebles de época y un caballero auténtico; uno de esos libros en los que todos salen a dar largas caminatas.
Raymond Chandler
Mi ejército no tiene bandera, es sólo un corazón.
Roberto Iniesta
No es imposible que para algún ser infinitamente superior, todo el universo sea como una sola llanura, que la distancia entre los planetas sea apenas como los poros de un grano de arena, y que los espacios entre un sistema y otro no sean mayores que los intervalos entre un grano y el contiguo.
Samuel Taylor Coleridge
¡Amada libertad! ¿Y de qué sirve si no es don que consagra la alegría?
William Wordsworth