Como los ríos, que en veloz corrida se llevan a la mar, tal soy llevado al último suspiro de mi vida.
Andrés Fernández de Andrada
Buscamos nuestras ideas en nuestro ingenio, pero las hallamos en nuestro corazón.
Abel Dufresne
Nacen nuevos dolores constantemente.
Adelbert von Chamisso
Yo hablo con todos, intelectualizo a los militares y militarizo a los intelectuales.
Argala
La Poesía no explica el mundo, da fe de su misterio.
Beatriz Villacañas
Los prejuicios son mallas de hierro o de oropel. No tenemos el prejuicio republicano, ni el monárquico, no tenemos el prejuicio católico, socialista o antisocialista. Somos cuestionadores, activistas, realizadores. (Entrevista al Giornale d'Italia después de la fundación del Fascio de Combate de Milán)
Benito Mussolini
Mi recuerdo principal es el trabajo que tenía que hacer para poder comer.
Clifton Fadiman
Durante la guerra, dice Jenofonte, los lacedemonios elevaban siempre sus plegarias a la mañana muy temprano, para anticiparse a sus enemigos y comprometer así a los dioses en favor suyo, por ser los primeros solicitantes.
David Hume
El sentimentalismo es egoísta, es un nacionalismo del yo, que siempre te hace más víctima, más perjudicado, más importante que cualquiera.
David Trueba
La crueldad, como cualquier otro vicio, no requiere ningún motivo para ser practicada, apenas oportunidad.
George Eliot
Vos y yo y la tierra celebraremos juntos el verdor de los cuerpos, el sexo de las flores, el polen de la risa y todas las estrellas que vienen confundidas en la gota de lluvia.
Gioconda Belli
Se madura y evoluciona cuando se hace autocrítica y se acepta la crítica constructiva.
Jorge González Moore
El futuro empezó ayer.
Luis Cardoza Y Aragón
Nunca pensé que trabajar en un supermercado fuera tan divertido.
Paco León
Crece en los poderes de la mente. Interés, atención, voluntad, fe y concentración te aportarán los frutos deseados.
Swami Sivananda
La gente común tiene una naturaleza constante: hila y se viste, ara y se alimenta... en lo que cabría llamar su "libertad natural". En su libertad natural, esta gente nació y murió a su suerte, sin sufrir restricciones ni limitaciones; nunca fue levantisca ni rebelde. Si a los gobernantes les diera por establecer leyes y ritos para gobernar a esta gente, no sería muy diferente de pretender alargar las cortas patas de los patos o recortar las largas zancas de una garza, o de poner ronzal a un caballo.
Zhuangzi