Porque sólo existe la verdadera intensidad en lo que es duradero y difícil.
André Maurois
Sólo con el trabajo del cuerpo adquiere conocimientos el espíritu.
Allan Kardec
-Lo que yo quiero -decía don Nicolás a su sobrino Pedrito, que hacía unos versos muy finos y estudiaba Filosofía y letras- es una cachonda con arrobas que me haga gozar, ¿me entiendes?, una tía que este apretada que tenga a donde agarrarse. Todo lo demás son monsergas y juegos florales.
Camilo José Cela
Sólo un agua para lavar tanta sangre, un único camino para la felicidad. Al despertar en el sueño resplandeciente, tu rostro de castillo hirviendo en la noche.
César Moro
Francamente, estaba horrorizado con la vida, con lo que un hombre tenía que hacer simplemente para comer, dormir y mantenerse vestido. Entonces me quedaba en la cama y bebía. Cuando bebía el mundo aún estaba allí afuera, pero por el momento no te tenía agarrado del cuello.
Charles Bukowski
A veces se confunde la 'libertad de expresión' con 'la libertad de presión'; o se le reduce a la voluntad de grupos de empresarios que deciden qué noticias existen y qué noticias no existen.
Eduardo Galeano
La vida no tiene más que una forma: el olvido.
Francis Picabia
El que ha perdido un ojo conoce el valor del que le queda.
H. G. Wells
En mi país se pasan quince minutos diciendo que no hace falta presentarme y diciendo que van a ser breves en la presentación; y así pueden estar una hora sin haberme presentado.
Jorge Luis Borges
Para lograr grandes cosas, se necesitan dos cosas: un plan y tiempo suficiente.
Leonard Bernstein
La sabiduría es hija de la experiencia.
Leonardo da Vinci
Teme a Dios dondequiera que estés, y después de un mal haz un bien para borrarlo y, trata a la gente con buen carácter.
Mahoma
Los humanos sois muy extraños, todo lo que creáis lo usáis para destruir.
Milla Jovovich
A veces navegamos con el viento, a veces en contra, pero debemos navegar, no estar a la deriva, ni echar el ancla.
Oliver Wendell Holmes
Es mejor volverse atrás que perderse en el camino.
Proverbio Chino
Me gustaría disculparme, retractarme y fustigarme a mí mismo públicamente hasta obtener el perdón de las personas a las que de manera involuntaria hubiese o hubiera podido ofender a través de mi personaje Torrente, un ser despreciable, mezquino, mal cristiano, mala persona, guarro, zafio y grasiento, con el que, insisto, una vez más, no comparto ninguna de sus opiniones o visiones del mundo.
Santiago Segura