Somos como escultores, constantemente tallando en los demás imágenes que anhelamos, necesitamos o deseamos, a menudo en contra de la realidad, contra su beneficio, y siempre, al final, un desengaño, porque no se ajusta a ellos.
Anaïs Nin
Me he quedado con mi alma para pensar solo en ti.
Alejandro Sanz
Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
Blaise Pascal
Las religiones también son como el vino: hay gente a la que le sienta mal y gente a la que le sienta bien. Hay personas que con dos copas se vuelven locuaces, abiertas y desinhibidas; otros se vuelven brutos y groseros con la misma cantidad. Con la religión, hay gente que mejora y se purifica y para otros es una fuente de resentimiento, mojigatería y condena a los demás.
Fernando Savater
No creo en casi nada que no salga del corazón.
Fito Páez
Lo más maravilloso de los milagros es que a veces suceden.
Gilbert Keith Chesterton
Son de más valor la honradez y el talento que la riqueza.
John Dryden
Los hombres nunca han sido buenos, no son buenos, ni lo serán nunca.
Karl Barth
Conserve su vida en orden: el poder, el dinero, el conocimiento, la belleza física, la salud y en definitiva todos los dones, han de ser reconocidos no como nuestros, sino como un regalo exquisito de Dios, que debe ser empleado por y para Él con el único fin de hacer el bien.
María Vallejo-Nágera
Con frecuencia, una falsa alegría vale más que una tristeza cuya causa es verdadera.
René Descartes
No estás estropeando nada -dijo en voz baja-. Sólo me interesa averiguar a qué diablos te refieres. Quiero decir, ¿Es preciso ser un maldito tipo bohemio o estar muerto, por el amor de Dios, para ser un verdadero poeta?
Salinger
Débil y cobarde es quien muere porque sufre, necio quien vive para sufrir.
Séneca
Sólo hay un bien causa y fundamento de la vida feliz: creer en uno mismo.
Solamente sé que sentía dolor, infinito y eterno. Y entonces me caí y me levanté otra vez.
Stephen Vincent Benet
Amar, porque nada mejor para la salud que un amor correspondido.
Vinicius de Moraes
Los hombres poseen solamente un número determinado de dientes, cabellos e ideas, y llega un momento en que se quedan fatalmanete sin dientes, sin cabellos y sin ideas.
Voltaire