¿Cuándo se nos concederá el privilegio de respirar aire fresco?
Ana Frank
Todos somos ángeles con una sola ala, debemos abrazarnos si queremos volar.
Anónimo
No es permitido equivocarse dos veces en la guerra.
Yo no diré que él sea el más hermoso, ¡pero es mi río, mi país, mi sangre!
Dulce María Loynaz
En voluntad doliente, siempre amor da ocasión a nueva culpa.
Fernando de Herrera
Todo lo que un hombre emancipado se pregunta es qué objetos le atraen más, y cuáles son los medios para conseguir esos objetos. El hacer bien es saber lo que tú quieres. Ahora, cuando tú no estás satisfecho contigo mismo, es porque tú vas en busca de algo que no quieres.
George Santayana
El fanatismo consiste en redoblar tus esfuerzos cuando has olvidado tu objetivo.
La seridad de un oponente debe ser desarmada con la risa y la risa con la seriedad.
Gorgias
Tal vez si quisiera ser comprendido o comprender podría engatusarme a mí mismo con la fe, pero soy un reportero y Dios existe sólo para los editorialistas.
Graham Greene
¡Ay! ¡Nunca busquemos la triste verdad! La más escondida tal vez, ¿qué traerá? ¡Traerá un desengaño! ¡Con él un pesar!
José de Espronceda
Nuestros padres juzgaban los libros a través de su gusto y de su razón. Nosotros los juzgamos a través de las emociones que nos causan. ¿Este libro puede perjudicar o puede servir? ¿Es apropiado para perfeccionar o para corromper el espíritu? ¿Hará el bien o hará el mal? Las grandes preguntas que nuestros antecesores se planteaban. Nosotros preguntamos: ¿Causará placer este libro?
Joseph Joubert
Virtudtriste y sombría es el orden.
Michel de Montaigne
Muchas personas están demasiado educadas para hablar con la boca llena, pero no se preocupan por hacerlo con la cabeza hueca.
Orson Welles
No caiga usted por amores, debe de levantarse.
Ricardo Arjona
Dedíquese a su negocio. Crea en él más que cualquier persona... Si le gusta su trabajo, usted le dedicará todos los días, y lo hará de la mejor manera, y en poco tiempo todos en su entorno se contagiarán de esa pasión, como una enfermedad.
Sam Walton
De nuevo empezaron los lamentos desgarradores, los típicos gritos hidro-cefálicos, a cuya impresión dolorosa sólo el médico es capaz de resistir, precisamente porque los reconoce como un fenómeno típico. Lo típico deja frío, sólo lo individual es capaz de trastornarnos. Así se explica la ecuanimidad de la conciencia ante el dolor.
Thomas Mann