El infeliz que logra llenar su pecho con un soplo de magnitud levanta la cabeza y dejar de autocompadecerse.
Amélie Nothomb
En realidad, la mayoría de la gente que va a ver el concurso no son de aquí.
Aretha Franklin
Aquello que más frecuentemente falta al hombre en las circunstancias críticas, no es el talento y el discernimiento, sino el carácter y la voluntad; y muchas más veces también ocasionan más perjuicios la debilidad y la excesiva desconfianza en sí mismo, que la presunción y la exagerada Inquietud.
Filippo Pananti
Hay ocasiones en la vida en las que para salir airosamente hace falta estar un poco loco.
François de La Rochefoucauld
Lo cotidiano en sí mismo es ya maravilloso. Yo no hago más que consignarlo.
Franz Kafka
Un caballero debe ser cortés y nunca agresivo, próximo, pero jamás atrevido; matar pero nunca humillar; ningún signo de deshonestidad puede ser encontrado en su morada; su alimentación nunca es pesada; incluso el menor error es corregido, pero sin acusación. Así es la fuerza de la voluntad.
Gichin Funakoshi
Trabajo sin equipo, sin secretaria, sin diseño por computadora. Ni siquiera tengo un teléfono celular. Es un negocio muy pequeño: solo yo.
Glenn Murcutt
Cuán débil es nuestra razón y cuán rápidamente se extravía cuando nos estremece un hecho incomprensible.
Guy de Maupassant
Es peligroso abandonarse a una excesiva aflicción; ésta suprime totalmente el valor en nosotros y aun todo deseo de remedio.
Henri-Frédéric Amiel
Nosotros somos, a pesar de muchas cosas, esos que no olvidamos.
Jenniley Bonilla
Las mentes pequeñas confunden la intolerancia con la sinceridad.
Jonny Lee Miller
Me sentí alegre al poder plantar el rosal sobre su tumba, como si estuviera haciendo algo que le gustaba. Espero que tenga rosas así en el cielo. Quizá estén allí las almas de todas esas rositas que él amó durante tantos veranos.
Lucy Montgomery
No siempre yerra el que se irrita; el vil nunca monta en cólera.
Niccolò Tommaseo
Pero todo lo que uno desea, parace que por un burocratismo diabólico, se demora, aún la muerte.
Reinaldo Arenas
Estas cosas, buen Señor, por las que rezamos, danos la gracia de trabajarlas.
Tomás Moro
¡Dios! Tú ves mi miseria y sabrás ponerle fin.
Ugo Foscolo