Dentista: Prestidigitador que nos pone una clase de metal en la boca y nos saca otra clase de metal del bolsillo.
Ambrose Bierce
Fuera de Dios no existe absolutamente nada y que él es una causa inmanente.
Baruch Spinoza
Los vuelos naturales del espíritu humano no van de placer a placer sino de una esperanza a otra.
Ben Jonson
Tyler me consigue un trabajo de camarero, después me mete una pistola en la boca y me dice que para alcanzar la vida eterna primero tienes que morirte.
Chuck Palahniuk
Chaplin es el Adan del que todos descendemos.
Federico Fellini
La experiencia sólo es una aproximación. Jamás es una certidumbre.
Immanuel Kant
La soledad a veces es la mejor compañía.
John Milton
¿El secreto de mis éxitos? Yo pinto siempre a las mujeres más delgadas de lo que son, y a sus joyas, más grandes.
Kees van Dongen
Para los hombres nada hay tan persuasivo como el éxito; de grado se inclinan a la fortuna y a la gloria.
Leopold von Ranke
Legisladores, haced vuestras mancillas menos frecuentes si queréis disminuir la masa de crímenes; una nación que supo hacer un dios del Honor puede derribar sus cadalsos cuando le queda para dirigir a los hombres el freno sagrado de tan hermosa quimera...
Marqués de Sade
Jugué a tope cada partido de mi vida hasta vaciarme.
Michael Jordan
El ser alienado no procura un mundo auténtico. Esto provoca una nostalgia: desea otro país y lamenta haber nacido en el suyo. Tiene vergüenza de su realidad.
Paulo Freire
Un hombre puede cometer muchos errores pequeños. Y no tiene importancia. Pero si los errores son grandes y pesan sobre su vida, lo único que puede hacer es no tomarse en serio. Sólo así evita sufrir. El sufrimiento prolongado puede ser mortal.
Pedro Juan Gutiérrez
Cada cosa en su tiempo, y los nabos en adviento.
Proverbio
Se amaban con ternura, pasión, fidelidad. Trataban de estar siempre juntos y cuando tenían que separarse por cualquier motivo, durante ese tiempo tanto pensaban el uno en el otro que la separación era otra suerte de convivencia, más sutil, más sagaz, más ávida.
Silvina Ocampo
El amor es como la fiebre: brota y aumenta contra nuestra voluntad.
Stendhal