Contra el hambre y la sed no teníamos defensa. Valor teníamos, pero la esperanza era sólo un recuerdo.
Ambrose Bierce
Todos somos Judas Iscariote. Incluso tras ochenta generaciones, todos somos Judas Iscariote.
Amos Oz
La arquitectura es la ordenación de la luz; la escultura es el juego de la luz.
Antoni Gaudí
Maestro de las artes y aguzador del ingenio es un vientre vacío.
Aulo Persio Flaco
BluRay es el último soporte físico que veremos.
Bill Gates
Lo desconocido aguarda a ser conquistado, no temido.
Dakota Fanning
La música se empieza a atrofiar cuando se aleja demasiado del baile. La poesía se comienza a atrofiar cuando se aleja demasiado de la música.
Ezra Pound
¡No me vais a grabar más!
Isabel Pantoja
Que no hay, para olvidar amor, remedio como otro nuevo amor, o tierra en medio.
Lope de Vega
Cuando todos gritan, Névolo, sólo entonces hablas y te crees un defensor y un abogado. De esta forma cualquiera es elocuente. Mira, ahora están todos callados. Névolo, di tu algo.
Marcial
En el arte a diferencia de la tecnología, -todos sabemos que la tecnología evoluciona pero a la vez envejece- no pasa lo mismo porque nadie puede decir que Picasso o Mondrian dejaron de lado a Leonardo, Caravaggio o Boticelli. El arte es lo único que hace permanente al ser humano.
Pérez Celis
La química, junto con la física de la materia sólida en la tierra, tratan sobre los cimientos del mundo material en el que se basa toda nuestra vida.
Robert S. Mulliken
No, no uso un iPod. Tampoco mis hijos. Mis hijos, en muchos aspectos, están tan malcriados como muchos otros niños, pero al menos en esto he lavado su cerebro: No uséis Google y no uséis un iPod.
Steve Ballmer
Recoger frecuentemente las manos en el regazo, lo mismo puede significar tener confianza en Dios que tentarlo.
Theodor Fontane
La verdadera bondad consiste en ser crueles, porque así, el enemigo, aterrorizado, se entrega más pronto y el mundo sufre menos.
Vicente Blasco Ibáñez
Sus ojos fijos en la parte inferior de mi cara como si me leyese los labios, y después de un momento de reflexión (su comprensión amatoria era incomparable) dio la vuelta rápidamente y cimbreándose sobre sus esbeltas caderas, me condujo por el pasillo alfombrado de azul.
Vladimir Nabokov