Un amigo es un amigo hasta tanto se demuestre lo contrario.
Amauri Pérez
Si afirmas que tu vida carece de sentido porque un día deberás morir. ¿Cuál sería su sentido si hoy te dijeran que nunca morirás?... Mira que la cosa no cambia por el solo hecho de durar.
Anónimo
El arte es una recreación selectiva de la realidad de acuerdo con los valores y juicios metafísicos del artista.
Ayn Rand
La vanidad es el amor propio al descubierto.
Bernard Le Bovier de Fontenelle
Cuenta siempre los favores que recibes de los otros, pero calla los favores que haces tú a los otros.
Catón
Lo admirable es que el hombre siga luchando y creando belleza en medio de un mundo bárbaro y hostil.
Ernesto Sabato
La democracia sustituye el nombramiento por parte de un pequeño número de corruptos por la elección por parte de un gran número de incompetentes.
George Bernard Shaw
Cuanto más democrático es un país, tanto menor es en él la opresión nacional, y al revés.
Iósif Stalin
El hombre más feliz es el que cree serlo.
Jean Louis Auguste Commerson
Legamos amor a nuestras mujeres; recuerdos a nuestros hijos; pero en los campos quemados por la guerra, a los amigos legamos el caminar.
Konstantín Símonov
Dios es inestable porque lo creamos a nuestra semejanza.
Mario Benedetti
Temo a Dios, y después de Dios temo principalmente al que no le teme.
Muslih-Ud-Din Saadi
Mantengo la norma de no discutir con mujeres. Son muy tramposas y siempre pierdo.
Pedro Juan Gutiérrez
Cuando te identificas con el cuerpo, como en el estado de vigilia, ves objetos burdos. Cuando estás en el cuerpo sutil o en el plano mental, como en los sueños, ves objetos igualmente sutiles. En la ausencia de identificación en el sueño profundo, no ves nada. Los objetos que se ven guardan una relación con el estado de quien los ve. Lo mismo se aplica a las visiones de Dios.
Ramana Maharshi
A veces, la causa sigue al efecto: por ejemplo, cuando un médico va detrás del féretro de su paciente.
Robert Koch
Aquella peculiar sensación, como soñada y también como de pesadilla de que todo se mueve y no se mueve nada, de cambiante permanencia que no es sino un constante volver a empezar y una vertiginosa monotonía.
Thomas Mann