Ver el alba contigo, ver contigo la noche y ver de nuevo el alba en la luz de tus ojos.
Amalia Bautista
La prolación de Dios es una lámpara, cuya luz son estas palabras: Sois los frutos de un solo árbol y las hojas de una sola rama, proceded uno con otro con extremo amor y armonía, con amistad y compañerismo.
Baha'ullah
Para cuando la razón entiende lo sucedido, las heridas en el corazón ya son demasiado profundas.
Carlos Ruiz Zafón
Un ojo puesto en la muerte y el otro fijo en los cielos.
Edward Young
¿Por qué razón, al pasar del comedor al salón de fumar, sienten tantos hombres la súbita necesidad de contarse al oído menudas historias sucias?
Emilio Ferrari
El tiempo siempre está maduro, la pregunta es para qué.
François Mauriac
El español es serio, callado y veraz. Pocos comerciantes hay en el mundo más honrados que los españoles.
Immanuel Kant
La noche ha prendido sus claros diamantes en el terciopelo de un cielo estival.
Jacinto Benavente
Eramos una pareja de borrachos en un mar de embriaguez y el barco se hundió pero yo me agarré a una tabla de salvación que impidió que me hundiera definitivamente y no he de soltarme ni por ti ni por nadie. Si tu quieres tambien puedes agarrarte pero solo hay sitio para tí y para mí, nada de tríos. (él, ella y la botella).
Jack Lemmon
El espectáculo tenía un solo defecto; que era una auténtica porquería.
James Thurber
La vida es una moneda: Quien la rebusca, la tiene.
Juan Carlos Baglietto
Lo más pequeño que se conoce de Dios, aunque sólo sea una flor, al tener un ser en Dios, es más noble que el mundo entero. Lo más pequeño que en Dios es, en cuanto que es un ser, es mejor que conocer a un ángel... Para Dios nada muere, todas las cosas viven en él.
Maestro Eckhart
Yo era bueno y cariñoso; el sufrimiento me ha envilecido. Concededme la felicidad, y volveré a ser virtuoso.
Mary Shelley
La malicia bebe la mayor parte de su propio veneno.
Séneca
El cabalgar, el viajar y el mudar de lugar recrean el ánimo.
La coneja quisiera que todo fuese negro, y el búho que todo fuese blanco.
William Blake