Quiero clavarte una flecha en tu alma malvada.
Amaia Montero
Pues esta España que decimos tal es como el Paraíso de Dios.
Alfonso X el Sabio
Quien cede a la tentación de ir por su cuenta o de vivir la fe según la mentalidad individualista, que predomina en la sociedad, corre el riesgo de no encontrar nunca a Jesucristo, o de acabar siguiendo una imagen falsa de Él.
Benedicto XVI
Es mejor corregir tus propios fallos que corregir los de los demás.
Demócrito
Julio. Y yo digo que ya está bien de palabras. Si no obedeces al punto, lanzaré contra ti el rayo de la excomunión con el que alguna vez aterroricé a los más altos reyes e incluso reinos enteros. ¿Ves la bula preparada ya al respecto?
Erasmo de Róterdam
Una mente necesita de los libros igual que una espada de una piedra de amolar, para conservar el filo.
George R. R. Martin
La edad de oro retorna a los hombres cuando, aunque sólo sea momentáneamente, se olvidan del oro.
Gilbert Keith Chesterton
Las hipótesis son andamios que se colocan ante el edificio y se quitan al término de las obras. Son imprescindibles para el albañil, que sin embargo no debe tomar el andamio por el edificio.
Goethe
La raza de los hombres es como la de las hojas: cuando una generación florece, otra declina.
Homero
El sordo siempre cree que los que bailan están locos.
Jorge Bucay
Afronta los hechos: todas estas organizaciones ecologistas tienen ya cuarenta o cincuenta años. Cuentan con grandes edificios, grandes obligaciones, grandes plantillas. Es posible que mantengan sus sueños de juventud, pero la verdad es que ahora forman parte del orden establecido. Y el orden establecido siempre actúa para mantener el actual estado de cosas. Sencillamente es así.
Michael Crichton
Saber llorar es la sabiduría de la sencillez.
Miguel de Unamuno
Ganar al Madrid me da morbo.
Pep Guardiola
Por las estrellas que escuchan... y los sueños que se hacen realidad.
Sarah J. Maas
No existen los tiempos malos, es malo el hombre.
Sir John Beaumont
Nunca fui orgulloso o interesado y siempre estuve satisfecho con el puesto en el país en el que vivo y al que amo, nunca he buscado ni deseado otro puesto, pero ahora me es penoso estar aquí ocioso y no poder hacer nada por la patria acosada.
Wilhelm von Humboldt