Eramos muy niños cuando allí te conocí... te veo jugar, y en silencio hablar... como me gustaba tu carita al bostezar.
Amaia Montero
Las desgracias son las lágrimas del alma.
Agustín de Hipona
El aullido de los lobos nos llegó desde cerca. Fue casi como si los aullidos brotaran al alzar él su mano, semejante a cómo surge la música de una gran orquesta al levantarse la batuta del conductor.
Bram Stoker
Si no estamos en paz con nosotros mismos, no podemos guiar a otros en la búsqueda de la paz.
Confucio
La providencia es compañera de la historia.
Eugenio María de Hostos
La experiencia es lo que se obtiene al mismo tiempo buscando otra cosa.
Federico Fellini
Cualquier viuda de dudosa edad está dispuesta a casarse con cualquier hombre de raza blanca.
Horace Greeley
Pero ha pasado el tiempo y la verdad desagradable asoma: envejecer, morir, es el único argumento de la obra.
Jaime Gil de Biedma
¿cuál fue el primer momento en el que te gusté? - No puedo concretar la hora, ni el sitio, ni la mirada, ni las palabras que pusieron los cimientos de mi amor. Hace bastante tiempo. Estaba ya medio enamorado de ti antes de saber que te quería.
Jane Austen
Hombre de poca fe, ¿por qué has dudado?
Jesús de Nazaret
Y algunas veces suelo recostar mi cabeza en el hombro de la luna y le hablo de esa amante inoportuna que se llama soledad.
Joaquín Sabina
No son las actitudes que encuentro cómicas sino los estados de ánimo.
Louis de Funès
Hay que ver quien puede plantarle cara -hay que decirlo- a los grandes enemigos de España, que son el marxismo y el separatismo.
Manuel Fraga Iribarne
No me preparo a mi vez para convertirme en maestro. No por falta de ambición o porque una persona eminente me humille; sino, porque, como discípulo, me he internado en una vía fecunda cuya progresión basta para colmar mis aspiraciones intelectuales.
Pierre Sansot
Siendo hombre dado a la oratoria y a los altos principios, gozaba con la música de su propio vocabulario y con el calor de su propia virtud.
Sinclair Lewis
Quisiera haber callado muchas veces y no haberme hallado entre los hombres.
Tomás de Kempis