Igual que el mosquito más tonto de la manada, yo sigo tu luz aunque me lleve a morir; te sigo como le siguen los puntos finales a todas las frases suicidas que buscan su fín.
Amaia Montero
Al delito espuela es antes el ejemplo que el deseo.
Andrés Bello
No pretendas apagar con fuego un incendio, ni remediar con agua una inundación.
Confucio
¿Puede dar un consejo a un viajero? - Sí. Que se consiga una casa en la playa. - ¿Algún otro consejo? -preguntó Arthur, ¿Que no tenga que ver con bienes raíces? -Una casa en la playa es algo más que eso. Es un bien espiritual - aseguró el anciano, volviéndose para mirar a Arthur.
Douglas Adams
La democracia no es solo convocar elecciones: es Estado de derecho, sistema de reglas, poderes separados, prensa autónoma, magistratura independiente.
Gianni Vernetti
La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir.
Jacques-Bénigne Bossuet
Los tímidos tienen miedo antes del peligro; los cobardes, durante el mismo; los valientes, después.
Jean Paul
En la maldad humana hay un orden: crece gradualmente.
John Fletcher
La esencia del particularismo es que cada grupo deja de sentirse a sí mismo como parte, y en consecuencia deja de compartir los sentimientos de los demás.
José Ortega y Gasset
Te trato como a mi amigo pidiéndote que compartas mis menos del presente en la esperanza de poder pedirte que compartas mis más del futuro.
Katherine Mansfield
Saber morir es la primera fortuna para los hombres.
Lucano
En la tremenda corriente contemplo el último instante de mi vida. La corriente es tan fuerte que lo arrastraría todo, incluso piedras, una catedral, una ciudad. Hay una tempestad que ruge en el interior de las aguas del río. Del viento que se debate.
Marguerite Duras
Vuelvo a pensar en ti y te vuelvo a olvidar.
Marguerite Yourcenar
Nada de lo que realmente ocurre tiene la menor importancia.
Oscar Wilde
Ninguna acción buena se pierde en este mundo. En algún lugar quedará para siempre.
Vicente Ferrer
Dueños de sus destinos son los hombres. La culpa, querido Bruto, no está en las estrellas, sino en nuestros vicios.
William Shakespeare