Tuve miedo de amar con locura, de abrir mis heridas, que suelen sangrar, ¡y no obstante toda mi sed de ternura, cerrando los ojos, la dejé pasar!
Amado Nervo
Observa, escucha, calla. Juzga poco, pregunta mucho.
Arturo Graf
Tienes un crío, si de verdad quieres mantenerlo tienes que sacar partido a lo que sabes hacer. Y lo que sabes hacer es... ¡tachán!
Ben Mendelsohn
Tu ilusión no tiene que estar en la gente sino en tu visión, en tus sueños.
Bernardo Stamateas
La rutina no está tanto en las cosas como en nuestra incapacidad para crear a cada momento un vínculo original con ellas, en nuestra tendencia a leerlas por la falsilla de lo rutinario, de lo ya aprendido. Hay que seguir dejando siempre abierta la puerta al cuarto de jugar.
Carmen Martín Gaite
Sintió la húmeda pesadez de las propias ropas, frías y picantes contra la piel; el empalagoso aire dulce de la cueva, más frío aún, y el peso de las manos de Jace sobre los hombros, lo único que resultaba cálido.
Cassandra Clare
¿Puede ser el Atlético campeón de Liga? Peores cosas se han visto.
Enrique Cerezo
Dejando a un lado unos cuantos escépticos, prototipos de decencia en la historia de la filosofía, los demás no tienen la más leve concepción de la integridad intelectual.
Friedrich Nietzsche
¿Quién es usted para condenar el pecado de otro? El que condena el pecado se convierte en parte de él, lo abraza.
Georges Bernanos
Sabe, si alguna vez tus labios rojos quema invisible atmósfera abrasada, que el alma que hablar puede con los ojos, también puede besar con la mirada.
Gustavo Adolfo Bécquer
Intenta saber todo de algo y algo de todo.
Henry Brougham
No podemos subestimar al adversario en ninguna batalla, ni en la guerra ni en la política. Al adversario hay que darle su justo peso.
Hugo Chávez
El fútbol es popular porque la estupidez es popular.
Jorge Luis Borges
Sólo nos queda mirar la luz de la luciérnaga, ese débil chispazo de la hoguera del verano más breve que la memoria de una ola. Miremos la luz de la luciérnaga. A ella se ha reducido el mundo.
Jorge Teillier
Si contamos únicamente con destacamentos locales de guardias rojos y carecemos de un Ejército Rojo regular, sólo podremos hacer frente a las milicias de casa por casa, pero no a las tropas blancas regulares.
Mao Zedong
La mala palabra no nació así. La sociedad la hizo mala.
Roberto Fontanarrosa